Editorial de Gestión: Atrévete
Paradójicamente, reducir la carga tributaria podría terminar por aumentar la base tributaria.
Por: Redacción Gestion.pe
IMPUESTO A LA RENTA. En una entrevista publicada a comienzos de semana, el ministro de Economía, Alonso Segura, le confesó a Gestión que estaría evaluando la opción de reducir la carga tributaria como una de las próximas medidas para incentivar la economía. Específicamente, el ministro Segura mencionó la carga del Impuesto a la Renta, y dijo que si se llega a aprobar esta decisión, la implementación se dará antes de fin de año.
De concretarse, esta sería una gran iniciativa del Gobierno; la primera realmente audaz dentro de las numerosas medidas que ya han sido implementadas a lo largo de todo el año y que, si bien han apuntado en la dirección correcta, se han caracterizado por su timidez y falta de ímpetu. Como explicó el ministro, además, el Impuesto a la Renta en el Perú está por encima del promedio de la región, por lo que hay suficiente espacio para reducirlo.
Ahora, hay diferentes formas de diseñar medidas que reduzcan la carga tributaria del Impuesto a la Renta. Una de las más sensatas y productivas, por ejemplo, es otorgar un beneficio tributario para la reinversión de utilidades. Este beneficio ya existía, pero fue derogado en el 2000. Si partimos de la premisa que es la inversión privada el motor principal de la economía, una deducción que no debería ser cuestionada a estas alturas del partido tomemos la evidencia empírica de lo ocurrido en el año, entonces esta propuesta no debería encontrar mucha resistencia.
Otra alternativa interesante –de ninguna manera excluyente con la anterior- es crear un sistema escalonado de tasas sujetas al tamaño de la empresa (de la misma forma que se hace con el impuesto de quinta categoría). Así, por ejemplo, ha sido diseñada la reforma tributaria en Chile. En nuestro caso, esta medida no solo ayudaría a incentivar la inversión sino también a impulsar la formalidad.
Paradójicamente, reducir la carga tributaria podría terminar por aumentar la base tributaria. Es decir, la mayor inversión privada no solo no sería a costa del gasto del Estado sino que ambos pueden llevarse a cabo en paralelo.