Editorial: Fragilidad peligrosa
Editorial de Gestión. “Quizá el primer paso que debe dar el Gobierno es aceptar que se está equivocando”.
Por: Redacción Gestion.pe
GOBERNABILIDAD. Tal como señalábamos hace algunos días, la recuperación de la economía muestra algunas señales alentadoras, y las perspectivas para el último trimestre del año apuntan a un crecimiento que puede resultar muy importante para romper la inercia que vivimos en los primeros meses del año. Sin embargo, sería un error que el presidente Kuczynski o los ministros consideren que basta con la mejora de la economía para recuperar la confianza de la población.
La reactivación de la economía es indispensable, pero no es suficiente. Se requiere lograr resultados también en otros niveles como la seguridad ciudadana —donde si bien se muestran algunos avances a nivel de crimen organizado no sucede lo mismo con la delincuencia común, que va en aumento— hasta la capacidad de resolver los problemas internos entre la bancada oficialista y el Gobierno. Además, el Ejecutivo debe aprender a enfrentar los conflictos que se presentan en el país, como la huelga de profesores que, sin duda, no será la última demanda social que afronte, pues el escenario electoral que se vivirá el 2018 hará que las demandas sociales se acrecienten.
Lo sucedido con los docentes deja en evidencia que el Viceministerio de Gobernanza Territorial no ha podido cumplir con su labor y desnuda la carencia de comités de crisis en los ministerios. A partir de ahora cada entidad debería contar con un equipo especial que le permita atender este tipo de problemas de manera orgánica, para evitar las marchas y contramarchas, así como las discrepancias entre los ministros y el propio presidente, vistas en la última huelga.
Pero quizá el primer paso que debe dar el Gobierno es aceptar que se está equivocando y empezar a escuchar, no necesariamente a la oposición, que sin duda puede tener intereses propios, sino a todos los sectores del país que le están demandando un mayor liderazgo. Lo más peligroso para el Gobierno es aislarse y oír solo a su entorno.
Luego de ello, el mandatario debe convencerse de que dirigir un país implica hacer política, lo cual significa no solo estar dispuesto a realizar una cirugía mayor en el Gabinete, sino a convocar a un mayor número de personas y de sectores.
Si PPK y su entorno no logran asimilar estos retos se seguirá deteriorando la percepción que tiene la población sobre la capacidad del Gobierno para solucionar los problemas del país.