Editorial de Gestión: Un déficit necesario
Una de las funciones de la política fiscal es servir como un agente contracíclico de la economía.
Por: Redacción Gestion.pe
CONTRACÍCLICO. A medida que lanzaba más paquetes de estímulo, el Gobierno iba profundizando el uso sus herramientas de política económica. El último, anunciado la semana pasada por el titular del MEF, Alonso Segura, ha sido el primero en atreverse a reducir impuestos. Le ha tocado al l Impuesto a la Renta (IR) y al Impuesto Selectivo al Consumo (ISC), lo cual generaría una reducción de la recaudación tributaria el próximo año, aunque ello podría atenuarse si, como se espera, la inversión privada se recupera.
Si a la esperada menor recaudación le sumamos el mayor gasto corriente y la inversión pública estatal, también anunciados por el MEF –el aguinaldo de fin de año para los empleados públicos y los S/. 600 millones para el Midis son algunos ejemplos–, habría que anticipar que el próximo año las cifras fiscales andarán en rojo. Se estima que el forado en el Tesoro Público llegará a S/. 11,500 millones en 2015, lo que se traducirá en un déficit fiscal de 2% del PBI, y a mayores niveles de deuda pública para financiarlo (el Gobierno ha anunciado la emisión de S/. 3,000 millones en bonos).
Una de las funciones de la política fiscal, al igual que de la política monetaria, es servir como un agente contracíclico de la economía. Ello significa que en años difíciles como este y el próximo, se tiene que hacer uso de parte de lo obtenido en los años de bonanza, cuando se pudo acumular reservas internacionales netas por US$ 65,000 millones, reducir la deuda pública bruta a menos del 20% del PBI y crear un fondo de estabilización fiscal que representa más del 4% del PBI.
El reto que tiene el Gobierno es monitorear el progreso de estas medidas y evaluar si están cumpliendo su cometido, a fin de hacer correccione. Por ejemplo, algunos analistas sostienen que aún queda margen de maniobra para reducir el IR y, especialmente, el ISC a los combustibles. También hace falta una mayor flexibilización del régimen laboral y una verdadero “shock” en el tema de los trámites y permisos. Suponemos que el Gobierno está guardándose algunos ases bajo la manga, pero esperamos que una vez pasado este temporal, la política económica no abandone la continuidad de estas reformas.