CLAE, cooperativas e informalidad: el triángulo vicioso que debería ser irrepetible

Las ‘patas flojas’ de las cooperativas de ahorro incluyen una baja supervisión y regulación, lo que denota la existencia de informalidad en el sistema, y además, la ausencia de un Fondo de Seguro de Depósitos.

La base de la pirámide, sistema de financiamiento utilizado por CLAE, fue el más perjudicado porque dicha institución empezó a captar más dinero del que podía manejar.

Por: Redacción Gestion.pe

Milagros Sánchez Vargas
msanchez@diariogestion.com.pe

El 29 de abril de 1993 fue un golpe memorable, sin dudas, para el sistema financiero, porque el popular Centro Latinoamericano de Asesoramiento Empresarial (CLAE) fue intervenido por el Gobierno tras muchas inconsistencias en el manejo de portafolio de más de 200,000 inversionistas peruanos.

La historia ya fue contada y muchos lo saben, pero siempre es bueno recordar ‘la lección’. Yo no pude experimentar la gran estafa que propició el ‘gurú de las finanzas’, Carlos Manrique Carreño, pero alguien me la contó.

Muchas personas guardan en su memoria, quizás entre sueños, el popular sketch en el Canal 5 de Panamericana Televisión con la parodia del imitador de “Cheverengue”, ya que así lo representaban a Manrique, una broma muy letal para aquellos que lo perdieron todo, que confiaron en un sistema piramidal, con cuantiosos intereses y rentabilidad, pero sin frutos.

CLAE debió nacer con una visión de asesoría y consultoría de empresas – así decía en su descripción- pero se convirtió en la práctica en un sistema competitivo, paralelo e informal en la banca paralela.

¿Podría volver a repetirse la ‘hazaña’? Daniel Schydlowsky, jefe de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), dijo hace una semanas a Gestion.pe que las cooperativas de ahorro y crédito requieren de una pronta supervisión, porque un nuevo CLAE no se puede repetir.

“Hay cooperativas muy sólidas, pero otras no, que resultan muy tentativas, ya que pagan el 20% por determinado fondo cuando otras entidades financieras pagan el 5%. El Estado tiene la obligación de asegurar que los ciudadanos confíen en el sistema financiero. En este momento, todo está muy suelto”, acotó.

Las ‘patas flojas’ de las cooperativas incluyen una baja supervisión y regulación lo que denota la existencia de informalidad en el sistema, además, no cuenta con la reserva de un Fondo de Seguro de Depósitos, entonces ¿cómo cubriría a los depositantes frente a una eventual bancarrota?

Por un lado, la SBS solo regula su funcionamiento, pero quien debería velar por el cumplimiento de la regulación en teoría es la Federación Nacional de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Perú (Fenacrep), institución que en las últimas semanas ha tenido respuestas oscilantes frente a su compromiso. Y, es que, la normativa legal le impide actuar.

Cabe resaltar que al 30 de junio del 2014 y según la SBS, las cooperativas activas y afiliadas a Fenacrep eran 81, pero el número de no afiliadas era de 83.

Haciendo una comparación, las cooperativas cuentan ya con más de 1.3 millones de socios que confían depósitos por S/. 5,000 millones, mientras que cuando existió CLAE captó alrededor de S/. 1,177 millones y US$ 91 millones que pertenecieron a más de 200,000 inversionistas.

La base de la pirámide, sistema de financiamiento utilizado por CLAE, fue el más perjudicado porque dicha institución empezó a captar más dinero del que podía manejar, las famosas rentabilidades exorbitantes en los años ‘mozos’ de hiperinflación del primer gobierno de Alan García ya no pudieron funcionar.

Algo ‘se está cocinando’ en las cooperativas, porque no hay regulación y si esta bola de nieve junto con la informalidad sigue avanzando el sistema pernicioso del antiguo CLAE no quedaría como un mal sueño y aguijón de los peruanos, sino como el presente.

Mientras tanto, una de las propiedades en la cuadra 30 de la Av. Aviación, en San Borja, del fallecido CLAE, seguirá abandonada en el silencio y también caerá consigo los millones de dólares que nunca regresaron a las manos de aquellos depositantes. ¿La historia se repetirá con las cooperativas? ¿Qué opina?