El avance del cobre en Perú y el estancamiento de Chile
Mientras muchos analistas esperan que los precios del cobre bajen más en los próximos meses, los proyectos mineros en Perú y Chile toman distintos caminos en cuanto a su producción. Lea aquí el análisis de Reuters.
Por: Redacción Gestion.pe
(Reuters).- El desempeño del cobre en los mercados ha sido más débil que el de cualquier otro metal básico en lo que va del año.
El contrato a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) se negociaba el jueves cerca de 4,840 dólares por tonelada, con un alza de algo menos de un 5% este año.
Y son muchos los analistas que esperan que los precios del cobre bajen más en los próximos meses.
Los inversores están manteniéndose lejos del cobre y prefieren metales más calientes como el zinc, que en el año ha ganado casi un 47%.
El zinc se beneficia del relato alcista de un esperado déficit de oferta, mientras que el cobre aún debe absorber una nueva ola de producción minera, gran parte de la cual proviene de proyectos que se planearon hace años cuando el precio era el doble del actual y en el mercado había un déficit estructural.
El hambre se volvió saciedad en estos años, cuando más oferta llegó al mercado, justo cuando la demanda, particularmente la china, estaba vacilando. Otro caso de mala sincronización para un libro texto de materias primas, que se suma a los del mineral de hierro y el níquel.
Pero lo inusual del caso del cobre es de dónde viene el aumento de producción.
Viene de Sudamérica, pero no de Chile, el país que ha sido sinónimo de cobre, sino de su vecino en el norte: Perú.
El avance peruano.
La producción de cobre peruano en mina ha subido un impresionante 51.5% a 1.12 millones de toneladas en el primer semestre de este año. La producción había sido de 741,000 toneladas en el mismo período del año anterior, según el Ministerio de Energía y Minas de Perú.
Los principales impulsos han sido dos nuevas minas, Las Bambas y Constancia, y la expansión de otra, Cerro Verde.
Las Bambas, que controla y opera MMG, la filial que cotiza en bolsa de China Minmetals, es el principal aporte al alza de la producción peruana este año.
La mina recién comenzó a producir en el cuarto trimestre del año pasado, pero ha agarrado ritmo con rapidez, al punto que MMG pudo declarar producción comercial a comienzos de julio.
La producción en el primer semestre fue de 118,600 toneladas de cobre en el mineral, que se compara con nada el año pasado.
La guía es de una producción total en el año de entre 250,000 y 300,000 toneladas para llegar a una capacidad de 400,000 toneladas el próximo año.
Constancia, de la canadiense Hudbay Minerals, es un proyecto menor y ha ido creciendo desde que comenzó a producir a comienzos de 2015.
La producción del primer semestre de 63,800 toneladas es más del doble de las 30,700 toneladas del mismo período del año anterior.
Según Hudbay, el foco ahora está en la “optimización del desempeño de la planta”. Se espera que la mina produzca de 110,000 a 130,000 toneladas este año, que es más que el promedio que se anticipa para la vida del proyecto.
Cerro Verde, cuyo accionista mayoritario es Freeport McMoRan , está cosechando los beneficios de una gran actualización que se completó el año pasado. La expansión permitirá una capacidad anual extra de 600 millones de libras (unas 270,000 toneladas).
La producción en la primera mitad del año subió a 260,000 toneladas desde 98,700 toneladas en enero a junio de 2015.
Más impulso para Perú vendrá de la mina Antapaccay de Glencore y del emprendimiento conjunto Antamina.
La producción de Antapaccay subió un 22% en tasa interanual a 106,700 toneladas, gracias al reinicio de una unidad concentradora en mayo del año pasado.
El 31% del alza de Antamina refleja una alternancia entre las partes ricas en cobre y zinc del inusual yacimiento bimetálico.
El estancamiento de Chile.
Todo parece muy lejano de los desafíos y tribulaciones que sufre el vecino Chile.
El país sudamericano sigue siendo el mayor productor de cobre a mucha distancia, pero la extracción en el primer semestre de este año cayó un 5.6% a 2.78 millones de toneladas.
La producción en junio cayó aún más: un 7.7% interanual.
En parte la baja de producción de este año es cíclica, por la variación de las leyes del mineral en Escondida, la mayor mina de cobre del mundo.
La ley promedio de Escondida bajó a un 0.94% en el segundo trimestre desde un 1.32% de hace un año, según su accionista mayoritario y operador BHP Billiton.
La producción de cobre, una mezcla de concentrados y cátodos, retrocedió a 267,000 toneladas desde 338,000 toneladas.
La producción de Escondida se recuperará el próximo año gracias un proyecto de expansión de US$ 180 millones que tiene como meta ampliar la capacidad en unas 200,000 toneladas anuales.
No obstante, los problemas para el cobre en Chile son también en parte estructurales. En particular, la minera estatal Codelco debe invertir fuertemente para simplemente mantener sus niveles de producción y sobreponerse a un declive de las leyes en el largo plazo.
Esas inversiones, por supuesto, son mucho más difíciles de conseguir en el ambiente actual de bajos precios y la empresa ha advertido que habrá un impacto en la producción que irá aumentando con los años.
Hay nuevas minas avanzando en Chile como Antucoya de Antofagasta, que se espera que alcance una capacidad de 85.000 toneladas por año en el segundo semestre.
Pero Antucoya sólo compensa en parte el agotamiento de la mina Michilla, que el año pasado fue puesta en mantenimiento indefinido.
Otras como Sierra Gorda, de la polaca KGHM, y Caserones, de un consorcio japonés, tienen dificultades para dominar complejos yacimiento y los consiguientes altos costos de producción.
Luz al final del túnel.
Las notorias diferencias en las tendencias de producción de los países sudamericanos aún tienen camino por andar.
Algo más aportarán Las Bambas y Cerro Verde en Perú antes de llegar a su capacidad de diseño.
La producción chilena, en tanto, ha estado bajando y la tendencia se acelerará este año. Codelco, el principal productor del país, ha centrado su atención en la reducción de costos con serias consecuencias para las perspectivas de producción de medio plazo.
Y en adelante, ambos países y casi cualquier otro productor de cobre van a ser golpeados por un ambiente de bajos precios.
El gasto de capital en nuevos proyectos ha ido bajando en los últimos cuatro años y se está volviendo más difícil encontrar lo que en el sector se consideran yacimientos de “clase mundial”, vistas las múltiples dificultades para echar a andar algunas de las minas de última generación.
Esta sequía de futuros proyectos es la luz al final del túnel para los castigados productores, pero por ahora es un brillo distante mientras el mercado absorbe el auge de las minas peruanas.
Por Andy Home, columnista de Reuters.