Hotel Okura de Tokio: emblemático edificio enfrenta el martillo de la demolición

El hotel de los años 1960, que ha recibido a dignatarios internacionales e inspirado a multitud de admiradores ansiosos por preservarlo, cerrará sus puertas el 31 de agosto para dar lugar a un nuevo hotel.

El Okura ha recibido a presidentes estadounidenses como Richard Nixon y Barack Obama. (Foto: Bloomberg)

Por: Redacción Gestion.pe

(Bloomberg).- El emblemático guiño de Tokio al Modernismo japonés, el Hotel Okura, se despedirá de sus últimos huéspedes la semana próxima y enfrentará el martillo de la demolición, pese a las peticiones recibidas del mundo entero para salvarlo.

El hotel de los años 1960, que ha recibido a dignatarios internacionales e inspirado a multitud de admiradores ansiosos por preservarlo, cerrará sus puertas el 31 de agosto para dar lugar a un nuevo hotel deslumbrante reconstruido a tiempo para los Juegos Olímpicos 2020, con un costo de unos 100,000 millones de yenes (US$ 836 millones).

“Lo extraño del Okura es que constituye la encarnación perfecta del Modernismo de los Sesentas, y representa esa primerísima ola de nuevo desarrollo en la región”, dijo en una respuesta a un cuestionario por correo electrónico Tyler Brule, jefe editorial de la revista Monocle, que encabezó una campaña que incluyó una petición con casi 9,000 firmas. “Solo por esa razón, merece ser preservado”.

La petición tuvo mucha repercusión en la prensa y apuntó a la preservación arquitectónica, o “su inexistencia”, dijo Brule. Monocle imprimió libros encuadernados con hilo de lino y los regaló a cada miembro del consejo de administración de Okura para alentarlos a reconsiderar la destrucción del hotel, agregó.

Desde su inauguración en 1962 frente a la Embajada de los Estados Unidos, en el terreno de una antigua propiedad feudal, el Okura recibió a presidentes estadounidenses como Richard Nixon y Barack Obama y apareció en la novela Solo se vive dos veces de James Bond.

La noticia de su demolición generó páginas en Facebook y un hashtag en Instagram de Tomas Maier, el director creativo de Bottega Veneta, para salvar el edificio que evocaba la elegancia de una época en un país acostumbrado a derribar y reconstruir.

Un devoto.
Andrew Lindsay, de 44 años, es uno de esos devotos. En un viaje a Tokio en junio, el ejecutivo de Deutsche Bank con sede en Seúl pasó un día tomando fotos del hotel.

“Tenía esa arquitectura Modernista perfecta de mediados de siglo con un aire japonés”, dijo Lindsay, director de operaciones de Corea en Deutsche Bank, que se alojó por primera vez en el Okura en un viaje de negocios en 2002. Este neozelandés viajó a Tokio dos veces en el último año y subió las fotos a una página en Facebook bajo el título “Save the Okura”.

Los admiradores lamentan sobre todo la pérdida de los espacios públicos del Okura: una recepción totalmente abierta con sus tonos apagados, las características luces colgantes, disposiciones de mesas y sillas en forma de loto, y un mapa del mundo con los husos horarios encendidos, así como también el lugar de tragos del hotel, el Orchid Bar.

“La elegancia de la recepción, el bulevar de compras en el nivel inferior, la mujer del guardarropas y la encargada del puesto de diarios en kimono, el encantador Orchid Bar, lleno de humo”, dijo Brule de Monocle. “Todas las áreas públicas son magníficas”.

Tokio se apresura a incrementar el alojamiento antes de los Juegos Olímpicos de 2020. Ayudados por un yen más débil, los turistas alcanzaron 11 millones este año hasta julio, 47% más que un año antes, según la Organización Nacional del Turismo de Japón.