Editorial: Urresti, el ‘carrito chocón’

Desde que Urresti entró al Gabinete asumió el rol de vocero y de ‘parachoques’ del Gobierno

Por: Redacción Gestion.pe

ENFRENTAMIENTO. En nuestros editoriales a fines del año anterior y comienzos de este dijimos que uno de los retos más grandes que tiene en frente el Gobierno es crear los consensos políticos para seguir implementando las reformas económicas (si bien se implementaron algunas en el 2014, todavía queda un largo trecho por recorrer) que nos permitan apuntalar la inversión privada y retomar un crecimiento en torno al 5%. Sin embargo, el Ejecutivo ha comenzado el año yendo en dirección contraria.

Las confrontaciones del ministro del Interior, Daniel Urresti, con los miembros de la oposición se han salido de control en la última semana al pasar del plano profesional para trasladarse al personal. El ministro fue incluso burlón cuando, en vez de ofrecer disculpas por sus ofensas, aprovechó el contexto para continuar atacando a los líderes de los partidos de oposición con tono irónico. Mientras tanto, nadie desde el Gobierno –ni la pareja presidencial ni la primera ministra, salvo una tímida reprimenda- parece tener la intención de cohibir ni bajarle las revoluciones al ministro, que se ha convertido en el vocero de facto del nacionalismo.

Desde que el señor Urresti entró al Gabinete Ministerial asumió el rol de vocero, que previamente ocupaba Ana Jara, y de ‘parachoques’ del Gobierno; no obstante, eso no quiere decir que tenga que ir a chocar frontalmente con todos sus contrincantes cual ‘carrito chocón’. Mucho menos en un contexto en el que el Gobierno requiere de una especial delicadeza o muñeca política por estar en medio de una campaña electoral.

Si la estrategia de Urresti rendirá frutos lo sabremos con más claridad el viernes, cuando publiquemos la encuesta de Pulso Perú y, con ella, la popularidad tanto del ministro del Interior como la de la pareja presidencial y la de los líderes que se han visto envueltos en los altercados con Urresti. Se desprenderán dos posibles caminos. O los peruanos aprueban el estilo confrontacional del ministro, lo cual lo envalentonaría para continuar con sus ataques como viene haciendo o a los ciudadanos les parece que el ministro se ha excedido y está saliéndose de sus funciones, en cuyo caso el ‘parachoques’ del Gobierno quedará muy golpeado y tendrá que buscarse uno nuevo.

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