Mayor gasto público con cautela
Opinión: Hugo Santa María
socio de apoyo consultoría
Por: Redacción Gestion.pe
E ste año el MEF también está siendo criticado por su manejo fiscal. El año pasado lo criticaban por no gastar lo suficiente para impulsar la economía y ahora lo critican por su intención de gastar más en el 2016, reflejada en el presupuesto presentado al Congreso y en las proyecciones de gasto público anunciadas en el Marco Macroeconómico.
En opinión del equipo de Apoyo Consultoría, el aumento de gasto de 7% planteado en el presupuesto es adecuado. Este mayor gasto por sí solo no compromete la salud de las cuentas fiscales y plantea intervenciones temporales en respuesta a las diferentes situaciones adversas que enfrentaremos en el 2016, como el fenómeno de El Niño (FEN). Además, el presupuesto da especial atención a dos sectores claves para el crecimiento y la competitividad de la economía: educación y transporte. El Gobierno continúa con algunos procesos iniciados en años anteriores, como la reforma salarial y la ampliación de cobertura de programas sociales, pero moderando el crecimiento del gasto en línea con el menor crecimiento de los ingresos fiscales.
Educación y transporte son dos de los sectores más beneficiados en el presupuesto del 2016. En educación se espera un aumento de 11%, con lo cual los recursos del sector ascenderían a cerca de 4% del PBI. Esto es positivo, ya que el mayor gasto está concentrado en mejorar las capacidades de los maestros y la infraestructura educativa, factores claves para la mejor calidad de la enseñanza. Por su parte, en transporte se prevé un incremento de casi 9% orientado a proyectos de infraestructura de transporte terrestre que permitan que el 88% de la red vial nacional se encuentre pavimentada al 2016 (76% en el 2014). Este incremento también es positivo porque permitirá reducir los costos de transporte y mejorar la competitividad del país.
Por otro lado, algunos rubros de gasto muy dinámicos en años anteriores moderarán su crecimiento en el 2016. El gasto en programas sociales crecerá menos de 7% luego de haber crecido más de 30%, en promedio, en los últimos tres años. Las remuneraciones aumentarán alrededor del 10%, por debajo del aumento promedio del periodo 2014-2015 (16%). Estos incrementos estarán concentrados en los compromisos asumidos en años anteriores con el personal de las Fuerzas Armadas, Policía, educación y salud.
El incremento del gasto público en el 2016 llevaría el déficit fiscal a 3% del PBI, el más alto desde el 2000. Sin embargo, esto no debería comprometer nuestra clasificación de riesgo, ya que el Perú cuenta con un buen respaldo: ahorros equivalentes a 16% del PBI y un ratio de deuda pública de 22% del PBI, bajo en comparación con otras economías con similar clasificación de riesgo. Esta solidez fiscal permitió que, a pesar de la turbulencia internacional, en agosto el Perú emitiera bonos a diez años por US$ 1,200 millones en muy buenas condiciones.
Al próximo Gobierno le tocará la fea tarea de reducir gradualmente el déficit a niveles cercanos a 1%, lo que requiere un manejo conservador del gasto y ser muy cauto evaluando reducciones de impuestos. Existen formas para lograr esto sin comprometer el crecimiento. El Gobierno puede, por ejemplo, promover proyectos públicos a través de asociaciones público-privadas (APP) u obras por impuestos y abocarse a destrabar proyectos de inversión privada para acelerar el crecimiento y mejorar los ingresos fiscales. Si es más ambicioso, podría reducir la evasión tributaria.Es inevitable que todo gobierno deje herencias. Algunas son buenas, como las APP, la reforma educativa y los proyectos de transporte. Otras, como administrar una moderación del gasto fiscal son, sin duda, menos gratas pero necesarias.