The Economist: un multimillonario inmobiliario rescata el estudio de Harvey Weinstein

The Economist. Tom Barrack ha prometido restaurar Weinstein Company a “su posición icónica legítima en la industria de la televisión y cine independiente”.

Thomas Barrack. (Foto: Bloomberg)

Por: Redacción Gestion.pe

De todos los activos desvalorizados, The Weinstein Company (TWC) es especialmente preocupante. Gran parte de su valor estaba ligado a las marcas de sus hermanos fundadores, uno de los cuales, Harvey Weinstein, ha sido acusado de acoso sexual y agresión por docenas de mujeres en la industria del cine en Estados Unidos y en otros lugares.

Amazon Studios, Apple y algunas cadenas de televisión se apresuraron a cortar sus lazos con el estudio, deshacer contratos de producción y eliminar el nombre de Weinstein de los créditos. Los acusadores de Weinstein pueden demandar a la compañía, la cual ya estaba muy endeudada después de una reciente serie de fracasos de taquilla.

¿Quién vería una oportunidad en todo esto? Además de los particulares problemas de TWC, las películas independientes son un negocio difícil, y el estudio ha tenido que regatear con los acreedores. Pero para un inversor buitre, algunos de los activos del estudio tienen valor.

El 16 de octubre Thomas Barrack, presidente de Colony Capital, una firma de capital privado, dijo que inmediatamente colocaría una suma no revelada de efectivo en TWC y buscaría comprar parte o la totalidad. Barrack, un inversionista inmobiliario de 70 años que es amigo del presidente Donald Trump y que se ha desempeñado como presidente del comité de envestidura de Trump, tiene experiencia en activos de alto perfil que están en dificultades. En el 2008, su empresa adquirió el rancho Neverland de Michael Jackson. Colony también puso millones para rescatar de problemas financieros a Annie Leibovitz, una fotógrafa conocida por su trabajo con celebridades.

Aún así, algunos ven la potencial adquisición como un rescate para los Weinstein, que poseen más de las dos quintas partes del estudio. Harvey Weinstein, que fue despedido de dirigir la compañía el 8 de octubre, ahora ha renunciado a su puesto en la junta, y Bob Weinstein, que ahora enfrenta una sola acusación de acoso sexual (y niega la acusación), podría estar a punto de desaparecer. Sin hacer referencia directa al escándalo en torno al estudio, Barrack dijo que Colony ayudaría a devolver a TWC a “su posición icónica legítima en la industria de la televisión y cine independiente”.

Él está ciertamente familiarizado con los activos de TWC, que comprenden su biblioteca cinematográfica, así como una lista de películas y proyectos de televisión. En el 2010, su firma participó en la compra de Miramax Films, la compañía cinematográfica predecesora de los hermanos Weinstein, de Disney por US$ 660 millones.

Según un productor de Hollywood familiarizado con ambas empresas, los nuevos propietarios de Miramax no pudieron desarrollar proyectos basados en muchos de sus antiguos títulos exitosos, como “Shakespeare in Love” y “Bad Santa”, sin el consentimiento de los hermanos Weinstein, que los habían producido. Miramax y TWC celebraron complicados acuerdos de desarrollo, pero hasta ahora no han tenido mucha importancia (se hizo “Bad Santa 2”, y su lanzamiento el año pasado fracasó sin poder recuperar su presupuesto). Los dos también comparten los derechos de producción de algunas propiedades de televisión, incluyendo Project Runway, un reality de competencias en torno a la moda.

La combinación de Miramax y TWC en una sola entidad aclararía los problemas de derechos para ambas compañías. Barrack ya no tiene participación en Miramax, ya que Colony y sus colegas inversores vendieron el estudio el año pasado para estar en Media Group, una compañía de transmisiones deportivas con sede en Qatar, por una suma no revelada.

Barrack podría comprar TWC como una tarea de salvamento a corto plazo para venderlo al propietario actual de Miramax, o podría deshacer la empresa en pedazos, dividiendo, por ejemplo, el negocio de producción de televisión, y venderlos individualmente. Pase lo que pase con el negocio ahora, el nombre de Weinstein no estará en él.