El presente de las infraestructuras y la energía: la evolución digital
Se estima que para el año 2050 el 80% de la población mundial resida en ciudades, lo que obliga a evolucionar el actual sistema de gestión y explotación de los recursos en las mismas.
Por: Redacción Gestion.pe
Juan Antonio Cuartero
Director general de Structuralia
Hablar de las bondades de una posible revolución o transformación digital se antoja, quizás, algo obsoleto. Hasta no hace mucho tiempo se vaticinaban grandes cambios tecnológicos que irían alcanzando a distintos sectores de la economía, potenciándolos y haciéndolos más sostenibles, pero lo cierto es que dicho futuro es ya una realidad.
Así, por ejemplo, el mercado global de Realidad Virtual alcanzará este año un valor de 6,000 millones de euros. Igualmente reveladores son los 115.000 millones de euros que ya mueve en China la industria del Internet de las Cosas o los 125,000 millones de euros que ingresarán en 2017 las empresas dedicadas al Big Data.
Y como no podría ser de otra manera, esta rápida transformación de lo analógico hacia lo digital, ha alcanzado también al sector de las infraestructuras y la energía. Según el último informe de Market Research Engine, el mercado BIM alcanzará los 10.000 millones de euros a nivel mundial en 2022, mientras que el sector de la Industria 4.0 aportará más de 500,000 millones de euros al PIB mundial para la misma fecha.
Tal es su magnitud que, solo en España, esta aceleración tecnológica podría incrementar su contribución al PIB un 3,6% en los cuatro próximos años, tal y como afirma el informe elaborado por Accenture Strategy y Mobile World Capital Barcelona.
De hecho, es inevitable: se estima que para el año 2050 el 80% de la población mundial resida en ciudades, lo que obliga a evolucionar el actual sistema de gestión y explotación de los recursos en las mismas. Tanto es así que el propio Banco de América asegura que, en tan solo tres años, el mercado de las Smart Cities supondrá 1,29 billones de euros.
No cabe duda; estamos afortunadamente predestinados hacia una economía que aboga por lo sostenible, lo renovable y lo digital y, en este sentido, profesiones impensables hasta hace no mucho tiempo, serán las más demandadas en un futuro muy próximo.
De este modo, es posible observar ya la construcción de algunas viviendas cuya estructura se ha materializado con el uso de una Impresora 3D; las mismas cuyos fieles diseños finales pudieron ser mostrados a sus dueños gracias a la Realidad Virtual. Igualmente posible es ver un Dron inspeccionar los apoyos de un puente o las galerías repletas de tuberías, situaciones ambas de difícil acceso para los técnicos.
Tampoco nos debe sorprender divisar vehículos robotizados en los que la conducción se produzca de una manera autónoma, contemplar cómo se activan los mecanismos de mantenimiento y seguridad en edificaciones gracias al Internet of Things, o presenciar cómo algunos profesionales simulan sus potenciales riesgos laborales con ayuda de la Realidad Virtual, a fin de evitarlos posteriormente.
Las opciones son múltiples y muy diversas, pero las nuevas tecnologías están presentes en todas ellas. Por ello, debemos estar suficientemente formados para afrontar los retos y desafíos que la nueva era digital nos acerca y que, por suerte, ya se perciben en nuestro sector.