Misión Imposible: Salvar a Banco Popular, demasiado para Saracho
El miércoles, el Banco Santander intervino para hacerse cargo del Popular por 1 euro, dejando a los accionistas y tenedores de bonos con pérdidas de unos 3,300 millones de euros.
Por: Redacción Gestion.pe
(Bloomberg) Emilio Saracho dejó de lado su carrera como máximo ejecutivo de JPMorgan & Chase Co. en Europa, Oriente Medio y África para regresar a su patria española y enfrentar un nuevo desafío, uno que resultaría demasiado para él.
Cuando el banquero de inversiones de 61 años se fue de Londres para tomar el timón del Banco Popular Español en febrero, los problemas de la entidad de préstamo, desde la caída del precio de las acciones hasta el debilitamiento de la liquidez, aumentaban día a día.
Con un currículum impecable que incluía al Banco Santander y Grupo Goldman Sachs, Saracho fue considerado por el Popular como la persona indicada para cambiar su suerte.
Para Saracho, la jugada significó una bonificación por contratación de 4 millones de euros (US$ 4.5 millones).
Menos de cuatro meses después, su gestión terminó con una venta forzada del que fuera el sexto banco español por activos.
El miércoles, el Banco Santander intervino para hacerse cargo del Popular por 1 euro, dejando a los accionistas y tenedores de bonos con pérdidas de unos 3,300 millones de euros después de que los reguladores, que dijeron que el banco estaba quebrado, pidieron un salvataje que evitara un rescate con dinero de los contribuyentes.
La presidenta del Santander, Ana Botín, designó al director financiero José Cantera para reemplazar a Saracho como presidente de lo que ahora es su división Popular.
Lo que perjudicó a Saracho fueron obstáculos que eran “demasiado numerosos y demasiado grandes”, dijo Juan Ignacio Sanz, profesor de banca y mercados de valores de la escuela de administración de empresas Esade de Barcelona.
El mejor matador
“Ni siquiera el mejor matador habría podido enfrentarse a este toro”, dijo Sanz. “Si Saracho hubiera sabido de la complejidad de la situación del Popular, probablemente no habría aceptado el trabajo”.
La venta forzada es la primera acción importante de la Junta Única de Resolución de la Unión Europea, creada en enero de 2015 para supervisar las quiebras de bancos de la zona euro y liquidarlos con un mínimo daño para los contribuyentes y la estabilidad financiera.
La mala comunicación del Popular con los inversores, los clientes y la prensa, que llevó a continuas caídas de las acciones, hizo más difícil para el banco encontrar un comprador antes o llevar a cabo una emisión de derechos, dijeron personas familiarizadas con el asunto, que pidieron no ser identificadas porque esas iniciativas no fueron públicas.
Saracho, que también integra el directorio de Inditex, el mayor minorista de ropa del mundo, y de IAG, propietaria de British Airways y su división española Iberia, no accedió a efectuar declaraciones sobre su trabajo en el banco. Un representante del Popular tampoco quiso realizar comentarios.
En la asamblea anual del banco en abril, Saracho dijo que este necesitaba más capital para reparar su balance. Las acciones se desplomaron debido a sus comentarios, poniendo más presión sobre los inversores del banco y acentuando la preocupación por su viabilidad financiera.
El martes, el último día de cotización para el banco, sus acciones habían caído un 65% desde comienzos de año a 32 centavos de euro.
“Los accionistas han sufrido y sufrirán mucho por las decisiones de Saracho”, dijo Sanz de Esade. “Una cosa hizo bien, que fue proteger a los clientes de perder sus activos, y eso es algo que se debe aplaudir”.