¿Es malo que las micro y pequeñas empresas solo "sobrevivan"?
Sobrevivencia no es una mala palabra, y mucho menos para las mypes. El esfuerzo que brindan cada día es algo que no debe quedar de lado.
Por: Redacción Gestion.pe
“El problema de las micro y pequeñas empresas (mypes) es que en su mayoría son de sobrevivencia y que por eso no se pueden formalizar, el apoyarlas es perpetuar la pobreza; hay que promover a las que tienen potencial de acumulación y que puedan incrementar su productividad”, dijo un profesor universitario.
Eduardo Lastra, presidente de ILADE y director de Mundo MyPE, dijo: De tus 40 alumnos de una clase, apenas 5 ó 10 aprobarán tu curso, supongo que tu capacidad docente estaría en cuestión, ¿verdad? Asintió con la cabeza.
Además, añadió “Apostaría a que te sientes satisfecho cuando ninguno de tus alumnos desaprueba. Por supuesto que tu trabajo de profesor, no estará en discusión porque haya un grupo que sacó 11 de nota, otro grupo entre 12 y 15, otro entre 16 y 19, y un primer puesto de la clase que luce un envidiable 20”.
“El modesto 11 de los que están en la base de pirámide, es tan meritorio como el 20 del mejor estudiante, y quizá hasta más destacable, si ese once lo obtuvieron sin contar con los útiles necesarios y estudiando en las horas que el trabajo juvenil les permite, así como el ayudar en el negocio de la familia les exige”, añadió.
En el ámbito empresarial peruano, las mypes no son un tema marginal, pues representan al 99.23% del universo, dan trabajo a más del 75% de la fuerza laboral del país (más de 12 millones de personas conformantes de la Población Económicamente Activa) y aportan con más del 42% del Producto Bruto Interno.
Por otro lado, en los países donde la integración vertical se hace posible gracias a la subcontratación y tercerización, se ha demostrado que una microempresa si puede desarrollar los estándares de productividad y competitividad elevados.
Como se dice: “En todas partes se cuecen habas”. Podemos encontrar dependencias públicas donde hay trabajadores con altos índices de eficiencia y eficacia; así como empresas privadas, donde los comportamientos burocráticos y de baja productividad son alarmantes.