Jack Gomberoff: “Los accesorios ayudan a refinar el gusto y forman el carácter y el estilo”
Jack Gomberoff, gerente general de G&G Joyeros, fue miembro del servicio militar israelí, le interesa la aviación, es aficionado a la cocina, a la lectura, colecciona zapatos y suele viajar constantemente gracias a su trabajo.
Por: Shirley Garay Solórzano
En el 2002, Jack Gomberoff decidió ser su propio jefe con cuatro proyectos en mano que se encaminaron a la vez. Sin embargo, fue el de las joyas y los relojes el que más le apasionó, así que decidió quedarse en ese rubro.
Hoy es gerente general de G&G Joyeros y se considera embajador de nuestro país cuando busca en el exterior a marcas aliadas. En estos periplos no solo ofrece su firma, sino que le explica a sus socios la cultura del Perú e, incluso, procura que prueben nuestra gastronomía.
“Ese trabajo como representante ahora es parte del ADN de la empresa”, explica.
¿Cómo incursionó en el mundo de las joyas y los relojes de lujo?
Siempre me gustaron los relojes, pero no supe cuánto hasta que entré al negocio y comencé a entender esta industria.
¿Cree que es posible hacer un balance entre el aspecto profesional y el personal?
Me encanta el trabajo, pero definitivamente me tomo tiempo para la familia y el descanso. Tengo la suerte de que mi trabajo está muy ligado a los viajes. Siempre trato de combinarlos con un poco de placer.
¿Quienes saben escoger los accesorios correctos, ¿tienen buen gusto en general?
Creo que a medida que una persona encuentra el gusto por los relojes, va encontrando una forma de refinarse también. Los accesorios te llevan a elegir la ropa adecuada y a formar tu carácter y estilo. Hoy no solo las mujeres, sino también los hombres nos hemos vuelto un poco más vanidosos.
¿Cuál es la prenda que no puede faltar nunca en su clóset?
Zapatos, soy enfermo de los zapatos. Tengo un problema porque calzo 48, entonces es muy difícil encontrar calzado para mí. Cuando lo logro, compro todos los que hay de mi talla. Tengo una pared entera dedicada a zapatos.
¿Cuáles son sus hobbies?
Me apasiona la cocina y me encanta experimentar con las recetas. Soy un cocinero nato, lo heredé de mi mamá, que es una cocinera increíble. También me gusta conocer restaurantes nuevos y conversar con los chefs, muchos de ellos son amigos míos.
¿Qué otras actividades realiza en su tiempo libre?
Leo mucho, aunque no lo suficiente como me gustaría porque no tengo tiempo. Eso sí, prefiero leer libros de papel, todavía no me acostumbro a leer como los millennials, en alguna tablet o smartphone.
¿Tiene un autor predilecto?
No tengo uno en específico. Pero puedo decir cuál es el último libro que he leído y recomiendo. Se llama “Red notice”, de Bill Browder. Es un thriller político muy interesante.
*Su oficina luce varios modelos de aviones, ¿le interesa la
aviación?*
Los aviones fueron regalos de la marca Breitling y de amigos. Y sí, la aviación me gusta, he volado en jets supersónicos y saltado en paracaídas, pero hoy soy temeroso para esas actividades.
Tengo entendido que fue soldado raso…
Cuando decidí estudiar en Israel, me tocó la obligación de hacer servicio militar. Fui paramédico de combate de una unidad de artillería.
¿Qué tal la experiencia?
Fueron dos años muy intensos que me marcaron mucho y todavía tengo amigos de ese entonces. Creo que fue parte importante de mi formación como persona.
¿Ha vuelto a Israel?
Durante los cinco años siguientes me tocó hacer reserva militar. En Israel, hasta los 45 años los hombres deben reintegrarse a su unidad. Puede sonar extraño, pero es divertido, porque un mes al año dejamos los estudios o el trabajo para entrenar y, de paso, socializamos.