Carnival postergará cruceros si cubanos no pueden ingresar a la isla por mar

La negativa hasta ahora de permitir a personas nacidas en Cuba subir al barco de Fathom generó protestas de organizaciones anticastristas, de legisladores norteamericanos y de líderes locales en Miami, donde vive la mitad de la diáspora de dos millones de cubanos en Estados Unidos.

(Foto: Reuters)

Por: Redacción Gestion.pe

(AFP) La empresa estadounidense Carnival afirmó que postergará sus cruceros a Cuba si la isla no permite el ingreso por mar a los nacidos en ese país, ante una creciente polémica que mereció incluso críticas del gobierno de Barack Obama.

Tras soportar críticas por aparente discriminación, la primera empresa mundial de cruceros revirtió curso y comenzó el lunes a aceptar reservaciones de personas nacidas en Cuba, para el crucero de una semana que prevé zarpar en su viaje inaugural desde Miami el 1 de mayo, dentro del histórico deshielo bilateral.

Carnival indicó que sigue en conversaciones con La Habana y confía en que el gobierno castrista suspenda una política de la Guerra Fría que no permite a cubanos ingresar a la isla por mar, sino solo por aire, lo que dejaba por fuera a numerosos cubano-estadounidenses que querían viajar en crucero.

Pero garantizó que de no haber un cambio postergará la salida de los cruceros de su empresa Fathom, que pretende ser la primera en medio siglo que realice la ruta entre Estados Unidos y Cuba.

Carnival dijo que continúa su diálogo con Cuba para pedir que los viajeros de Fathom tengan las mismas oportunidades que aquellos que viajan en vuelos chárter y confía en que las discusiones tengan un resultado positivo.

“De no lograrse esto para el 1 de mayo, Carnival retrasará el inicio de sus viajes a Cuba, que tienen como objetivo promover el intercambio cultural entre los dos antiguos enemigos, que comenzaron un acercamiento en diciembre del 2014”, señaló.

Por lo pronto, Fathom comenzó a aceptar reservaciones de pasajeros nacidos en cualquier país, incluida Cuba, para sus cruceros de una semana que partirán del puerto de Miami y visitarán en la isla las ciudades de La Habana, Cienfuegos y Santiago de Cuba, a bordo del buque Adonia, con capacidad para 704 pasajeros.

Sin discriminación
La negativa hasta ahora de permitir a personas nacidas en la isla subir al barco de Fathom generó protestas de organizaciones anticastristas, de legisladores norteamericanos y de líderes locales en Miami, donde vive la mitad de la diáspora de dos millones de cubanos en Estados Unidos.

“Carnival no debe discriminar”, llegó a decir el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, en entrevista la semana pasada con el diario Miami Herald, aunque sus críticas fueron dirigidas contra el gobierno cubano que “no debería tener el derecho de imponer una política de discriminación contra personas que tienen el derecho de viajar”.

“Queremos que todo el mundo pueda viajar con nosotros a Cuba”, indicó este lunes el presidente de Carnival Corporation, Arnold Donald.

Fathom asegura que sus cruceros permitirán a los estadounidenses entrar en contacto con la cultura de Cuba e impulsarán intercambios artísticos y humanitarios entre personas de ambos países. De esa manera, los norteamericanos podrán navegar ya que Washington otorga licencias para viajes a la isla con fines culturales.

Bajo el vigente embargo económico a la isla de régimen comunista, el turismo sigue estando prohibido para los norteamericanos, autorizados a visitar la isla solo si entran dentro de una de 12 categorías, que incluyen visitas familiares o con fines académicos, deportivos o religiosos.

Carnival se convirtió en la primera empresa de cruceros que consiguió los permisos tanto de Estados Unidos como de Cuba para realizar la ruta entre ambos países, interrumpida desde el triunfo de la revolución cubana en 1959.

Los precios para el crucero a Cuba comienzan en US$ 1,800 por persona en un camarote interior hasta más de US$ 7,000 en una suite.

Los permisos otorgados a compañías de cruceros y ferries para viajar a la isla se inscriben dentro de los esfuerzos de Washington por normalizar las relaciones bilaterales, que incluyen la autorización de más de un centenar de vuelos regulares a la isla que podrían comenzar a operar este año tras 53 años en suspenso.

En el 2015, unos 160,000 estadounidenses viajaron a la isla, un aumento de 57% con respecto al 2014.