Tres cosas que aprenderás al cambiar de profesión
Cambiar de carrera a la mitad de los estudios universitarios o variar de profesión luego de algunos años desempeñando el mismo trabajo puede ser tomado por algunos como una pérdida de tiempo ¿Será realmente así?
Por: Redacción Gestion.pe
El portal inc.com ofrece tres razones por las que cambiar de carrera no es una mala idea:
1. Tu propósito de vida no está necesariamente en tu trabajo
Si las actividades que haces a diario contribuyen a la consecución de tu propósito de vida, sigue adelante que vas por el buen camino.
Si por el contrario, las actividades que sueles realizar no te conducen a ese propósito, sólo estás haciendo un trabajo, es decir, estás intercambio tu tiempo y tus sueños por dinero.
En algunos casos, el empleo que desempeñamos puede parecer conducirnos a nuestro propósito de vida, pero sentimos que avanzamos muy lento y que nuestro objetivo parece muy lejano. En ese caso, tal vez no sea necesario realizar un cambio de carrera o profesión, sólo será necesario cambiar de empleo o desempeñarnos como independientes.
2. Tu autodescubrimiento no es una pérdida de tiempo
Algunos padres dirán a sus hijos “has perdido años de universidad en vano”. De manera análoga, algunos compañeros les dirán a sus amigos que optan por cambiar de profesión “y todos estos años, ¿cómo los recuperarás?”
Esos años supuestamente “perdidos” en realidad son años ganados para tu autodescubrimiento personal. Hay personas que pueden pasarse una vida trabajando en una profesión sin llegar a descubrir lo que realmente quieren para sí mismos en la vida. Si lo has descubierto ya, enhorabuena, esos trabajos descartados han servido de mucha para la construcción de tu persona.
3. Tu tiempo y esfuerzo tienen un valor que el dinero no puede comprar
No hay nada peor que vivir una vida a medias, haciendo cosas que no nos satisfacen para jefes que no nos agradan y por objetivos que no compartimos.
Si aceptamos eso, no nos diferenciaremos mucho de las máquinas y equipos de una oficina, salvo que estos últimos no poseen ningún propósito de vida.
Lo mejor que puedes hacer es vivir a mil, que cada instante de tu vida sea una bella instantánea que recuerdes a lo largo de tu vida. Si hay algo que el dinero no puede comprar es experiencia, la experiencia de vivir a pleno con uno mismo.