Diez consejos para que un político cuide bien su imagen
FOTOGALERÍA. Tomando como referencia investigaciones del MIT y de las universidades de California, de Albany y la UCLA, entre otras, así como los resultados del Perfil del Elector Peruano 2016 y del ranking de Corrupción de Transparencia Internacional, un político en Perú debería seguir los siguientes consejos para tener una buena imagen (Por Edgar Cateriano Castello, director de Programas Corporativos de la Universidad del Pacífico).
Lograr una mayor conexión emocional con los ciudadanos ¡Somos “compadres”!. La conexión emocional es determinante. El ciudadano en general no es muy racional y está más determinado por factores afectivos. Sonreír o manifestar preocupación cuando resulte pertinente, es elemental para forjar la confianza necesaria que esperan tener los ciudadanos con sus políticos. (Foto: Thinkstock)
Mostrar una mayor capacidad para resolver problemas ¡Tranquila gente, que aquí estoy! . Es importante que el político muestre tener capacidad para resolver los problemas de sus ciudadanos. En Perú, el problema que más preocupa a la población, es la seguridad. (Foto: Thinkstock)
Expresarse con propiedad, en todo momento ¡Pienso, luego opino!. Parece obvio, pero, aunque resulte ilógico, son varios los casos en que políticos de todos los rangos, han mellado significativamente su imagen, por expresiones insensatas. (Foto: Thinkstock)
Respirar calidad ¡Parezco, pero, sobre todo, soy!. Un político no debe ser la representación teatral de lo que la gente espera de él, es sustancial que realmente tenga una vida de calidad en su día a día. Sobriedad frente a las cámaras de televisión y resacas en la vida privada, no son compatibles ni deseables. (Foto: Thinkstock)
Ser un referente contra la corrupción ¡Trayectoria impecable!. El Perú es uno de los países con mayor corrupción en la región. Además, estudios internacionales corroboran que la corrupción de los políticos, influye en el incremento de la corrupción de las sociedades en las que actúan. Un político corrupto hace daño a su imagen y a la vez, a la de toda una nación. (Foto: Thinkstock)
Rodearse de personas confiables ¡Dime con quién andas…!. El cargo político es una posición de confianza otorgada por los ciudadanos. Confianza que el político transfiere a sus asesores, equipo de trabajo, etc. El proceso en el que el político elige a quienes lo acompañarán en sus funciones, no es una acción menor y, por ende, debe practicarse con minuciosidad y alta exigencia. (Foto: Istock)
Cumplir con lo prometido ¡Dicho y hecho!. En un país desafortunadamente acostumbrado a las promesas incumplidas, el actuar a cabalidad en función a los compromisos generados – por ejemplo – en la campaña política, puede constituirse en un gran sello de distinción. (Foto: Istock)
Hablar con base y precisión ¡Es así, lo aseguro!. La verborrea del político en ocasiones cantinflesco del pasado, ya no funciona. Los ciudadanos cada vez más conectados, tienen a solo un clic, acceso a mucha información. Cualquier imprecisión y/o vaguedad, puede ser develada y masificada exponencialmente a través de las redes sociales, en un santiamén. (Foto: Thinkstock)
Presentar una buena apariencia física ¡Mucho entra por los ojos!. Parece una frivolidad, pero es cierto, según varios estudios internacionales, la imagen física de un político es muy importante, sobre todo, para los ciudadanos de escaso nivel cultural y formativo, que lamentablemente son muchos. (Foto: Thinkstock)
Saber pedir perdón ¡Lo siento, de verdad, lo siento!. Y finalmente ¿Quién es perfecto? Los políticos, como todos, se equivocan. Un error pertinentemente admitido, puede convertirse en una oportunidad aleccionadora para él mismo, e inclusive, para muchos ciudadanos. (Foto: Thinkstock)