¿Cómo gestionar la ausencia inesperada del líder de equipo?

Este escenario adverso puede convertirse en una oportunidad de empoderar al grupo de manera colectiva e individual. Especialistas recomiendan plantear objetivos a corto plazo.

Por: Shirley Garay

Una cancha de fútbol puede parecerse mucho a una oficina. El balompié es un deporte colectivo y, como en el trabajo, requiere de un líder que señale los lineamientos y de un equipo que asuma posiciones para conseguir goles.

Sin embargo, ¿cómo lidiar con la ausencia inesperada del líder, como lo hará la selección sin Paolo Guerrero? Sea por una contingencia temporal o una desvinculación repentina, el manejo de la situación dependerá del nivel de madurez del equipo, coinciden los especialistas.

Abordar la situación
Hay equipos jóvenes que no están habilitados para tomar decisiones o asumir responsabilidades de gran envergadura para la compañía.

En ese caso, “es necesaria la intervención de una instancia mayor o de la gerencia, además de un acompañamiento del área de recursos humanos”, subraya Silvana Cárdenas, country manager de Right Management.

La situación puede conllevar altos grados de estrés y de ansiedad, y no sería extraño que “en los primeros días haya un desbalance en la organización del equipo”, refiere Helga Hernández, senior consultant de Sales & Marketing de Michael Page.

Para que esto no ocurra y el equipo pueda mantener su nivel de rendimiento, es necesario trabajar en prevención y salud emocional, dijo Franco Ascenzo, psicólogo deportivo, a RPP.

Un equipo fortalecido
En caso se trate de un equipo más consolidado y con roles definidos, este panorama adverso puede convertirse en una oportunidad para empoderar a los colaboradores.

Así, ellos pueden desarrollar nuevas competencias, asumir roles que antes no habían ejercido y trabajar en el compañerismo.

Si bien es una oportunidad para que brillen las individualidades, se debe recordar que “lograr los objetivos depende de que cada uno de los miembros actúe como uno solo. El equipo necesita cambiar de chip y autogestionarse”, recalca Diego Cubas, managing partner de Cornerstone.

La función debe continuar
Ahora, si el jefe tiene alguna incapacidad física que le impide trasladarse a la oficina pero puede dirigir remotamente, no debería negársele la participación en el equipo. El líder puede estar en la banca y desde ahí fortalecer a su equipo.

Cuando se trata de ausencias temporales, Cárdenas aconseja buscar el equilibrio: no se trata de reemplazar al líder, pero la labor tampoco puede paralizarse sin él. “Es recomendable tener un plan de contingencia y plantearse objetivos a corto plazo hasta contar con la figura del guía”.

Surge un líder natural
Este escenario también es ocasión para que aparezca otro líder. Suele ocurrir de manera natural de acuerdo a las jerarquías internas de la organización y el equipo reconoce y apoya la nueva figura.

Generalmente, el líder cuenta con una mano derecha que podría asumir el rol en estas situaciones. Caso contrario, “este es un buen momento para identificar quién tiene el potencial para cubrir ese vacío en otras ocasiones”, comenta Cárdenas.