Waldo Mendoza: "No hay experiencia en el mundo de pymes informales que se hayan convertido en formales"
Mendoza considera que los cambios tributarios y las facilidades administrativas son un pie de página en términos de buscar la formalización de la economía de un país.
Por: Julio Lira Segura
La fuerte desaceleración de la economía en febrero ha despertado inquietud sobre la conveniencia de las apuestas que está haciendo el Gobierno en la economía. Waldo Mendoza, director académico de la Pontificia Universidad Católica del Perú, advierte los riesgos que se están asumiendo.
¿Cuál era la situación de la economía antes del 15 de marzo?
Las cosas empezaron mal. La economía urbana antes de El Niño, incluso antes del efecto Odebrecht, ya estaba parada porque el crecimiento en el 2015 y 2016 y parcialmente en el 2017 era básicamente un crecimiento del PBI minero que crecía entre 20% y 22%, y como pesa un 14% en el PBI global era importante. Pero ya se veía que ese ritmo de crecimiento minero iba a derrumbarse y hacerse casi cero alrededor del 2019. Por lo tanto, ya era claro que el PBI primario iba a crecer a un ritmo mucho menor.
¿Cuál era la apuesta del Gobierno meses atrás?
La apuesta inicial, tanto del MEF como del BCR, es que ese menor ritmo del sector primario sería reemplazado por el sector no primario de la economía, que crecía a 2%.
Entonces, en el escenario macroeconómico se veía venir una caída del ritmo del PBI agregado ya que el PBI minero no iba a crecer tanto y no se observaban motores que reemplacen al PBI minero.
Sin embargo, tanto el MEF como el BCR eran optimistas con sus proyecciones…
Sí, incluso el MEF en su Marco Macroeconómico postuló un crecimiento de 4.8% para este año, una cifra que nadie postulaba, ni el Fondo Monetario, ni el BCR. Su diagnóstico básico era que con el nuevo Gobierno la inversión privada iba a renacer con los grandes proyectos de infraestructura que serían destrabados.
¿Creía que se podía lograr el destrabe de los grandes proyectos de infraestructura?
Era escéptico. Incluso en el comentario que el Consejo Fiscal hace al Marco Macroeconómico se dice que no había razones para esperar una recuperación fuerte del sector no primario de la economía. Entonces, no había motivo para esperar un crecimiento sustantivo en el 2017.
La idea era que el destrabe produciría una elevación del stock de capital de la economía. Y que la formalización haría más productivas a las empresas, elevaría la productividad y de esa manera el crecimiento potencial subiría a 5% hacia fines del mandato del presidente Pedro Pablo Kuczynski.
A diciembre, ¿cuál era el crecimiento potencial?
Estaba entre 3.5% y 3.7%.
¿Ahora es la misma tasa?
Habría que recalcular, pero debe ser parecida.
¿Por qué no se pudo destrabar los proyectos?
En gran parte porque las demoras que ocurren en los grandes proyectos de infraestructura no obedecen siempre a las demoras del Gobierno, sino las demoras del sector privado. Todo esto tuvo su muerte natural cuando apareció el efecto Odebrecht. En ese caso ya no se tenía que destrabar, sino trabar ciertas cosas, por lo que la historia de los US$ 18,000 millones se cayó casi toda. Por lo tanto, la apuesta de inversión por destrabe ya fue en buena parte de lo que se pensaba.
Luego de que estalla el caso Odebrecht en la quincena de enero el ministro de Economía dice que ya no se va a crecer 4.8% sino 3.8%, ¿cuál era su percepción entonces?
La proyección seguía inflada.
¿En ese entonces pensaba que se podía crecer 3.8%?
Siempre estuve debajo de esa cifra. Era más o menos la mitad de la apuesta que tenía el Gobierno. Recuerda que las apuestas gubernamentales eran el destrabe de proyectos y la formalización.
Formalización
¿La apuesta de la formalización puede funcionar?
El brazo de la formalización siempre fue un brazo por el que yo me mostré escéptico.
¿Por qué el escepticismo?
Por dos motivos. Uno, el Perú es un país con brechas de productividad grandes. Por un lado, el sector minero tiene productividad altísima, mientras el sector agrícola o comercial tiene una productividad bajísima. El diagnóstico de la informalidad que comparto está más cerca de alguien que está reivindicando a Arthur Lewis.
Hay sectores de la economía peruana, como la minería y las telecomunicaciones con productividades tan altas que pueden pagar el salario mínimo y los impuestos sin problemas. Pero otros sectores como el agro, los pequeños transportistas, su productividad no les da. Entonces, es un problema de brechas de productividad. Hay brechas enormes difíciles de cambiar.
En el corto plazo, ¿son difíciles de cambiar las brechas de productividad en la economía peruana?
Así es. Hay un trabajo de investigación de La Porta y Shleifer que han puesto punto final a la discusión sobre la formalización ya que han trabajado con una base de datos inmensa del Banco Mundial. Han realizado los mejores test econométricos concluyendo que no hay experiencia en el mundo de pequeñas empresas informales que se hayan convertido en formales y que así se haya formalizado la economía.
Pero se pueden haber dado casos.
Casos anecdóticos. No hay ningún caso en el que algún país pueda cumplir con una promesa como la que hizo esta administración. En esta investigación se demuestra que los impuestos y las facilidades administrativas son pie de página en términos de buscar la formalización.
O sea, ¿con medidas laborales o tributarias tampoco se podrá avanzar fuertemente en la formalización?
No, porque en el fondo el tema es la brecha de la productividad. La literatura empírica sobre el tema dice que la formalización se ha conseguido por el desarrollo capitalista de largo plazo. La prueba la tendremos cuando veamos el índice de formalización el próximo 28 de julio del 2021.
Pero el Gobierno aún apuesta por la formalización. Impulsa la comisión de protección social, la reforma laboral y medidas administrativas para aumentar la formalización.
No pasará nada. Para comenzar un comentario a un punto de lo que acabas de decir: casi todos los diagnósticos de los laboralistas en el Perú dicen que el costo de contratar mano de obra es alto, aun cuando los salarios de los trabajadores no lo sean tanto, porque hay penalidades por despido, cts; entonces, un diagnóstico claro es que el costo de la mano de obra en el Perú es caro.
Creo que las energías del Gobierno deben centrarse en cosas útiles de la coyuntura actual. Igual podemos hablar de la reforma de pensiones, quién va a aportar más para financiar las pensiones: ¿los trabajadores, las empresas o el Estado?
Los trabajadores han dicho indirectamente con esta ley que permite sacar hasta el 95.5% de los fondos de las AFP, que no están interesados. Las empresas han dicho que hay demasiado sobrecosto laboral y el Estado no tiene tanta plata. Entonces ¿qué magia puede aparecer?
Se podría fijar una pensión mínima y condicionar el retiro del 95.5% de la AFP a asegurar una pensión mínima…
Tendrán que ser muy imaginativos.
Entonces, ¿no se vislumbra éxito en las ideas que tiene el Gobierno para la formalización?
No hay posibilidades de éxito con facilidades tributarias para buscar la formalización de la economía, y tengo mis observaciones en las ideas de pensiones y reformas laborales.
Por lo tanto, nos hemos quedado casi sin nada.
Situación fiscal
¿Cómo estaban las cuentas fiscales antes del 15 de marzo?
Relativamente bien, no tan buena como a fines del gran ciclo de los minerales del 2011, pero tampoco mala como para que el Gobierno no cumpla sus funciones básicas.
La situación fiscal peruana es la mejor en América Latina, después de Chile. Dependiendo de cómo usemos los recursos, hay márgenes todavía felizmente para hacer una política fiscal.
Sin embargo, antes 15 de marzo el jefe de la Sunat muestra su preocupación ante el Congreso y dice que la presión tributaria estaba a niveles del 2007, lo cual le preocupaba.
La situación fiscal empeoró por una reducción drástica de los ingresos. No hubo un crecimiento explosivo de los gastos. Por eso es difícil achacarles la responsabilidad a los dos gobiernos anteriores.
Esta administración no hizo nada por intentar elevar la presión tributaria que se había caído. Aun así, si se ve el stock de deuda pública y los activos que tiene el Estado todavía es una situación manejable.
¿Hay riesgos de insolvencia?
No, ni de liquidez ni de insolvencia.
Entonces, si la situación fiscal es tal como la describes ¿por qué el MEF tuvo necesidad de hacer una fuerte reducción del gasto en el último trimestre del año pasado?
No entiendo. Se decía que el déficit fiscal apuntaba a 3.8%, que era difícil de imaginar a los que seguíamos las cifras, finalmente terminó con 2.6%.
¿Cómo revertir la caída de la inversión pública?
La inversión pública en el último trimestre del 2016 cayó 15% y es difícil recuperarla. Seguramente, la caída de 10% en este primer trimestre es una resaca.
En algún momento el ministro de Economía explicó que se habían hecho caja para gastar en el 2017. Eso no tiene sentido macroeconómico: parar una obra pública para hacerlo seis meses después no tiene sentido. Eso fue un error de política fiscal, contraer sin motivo la obra pública y ahora estamos pagando las consecuencias.
En este escenario, ¿qué tan favorable puede ser el contexto externo?
Las fluctuaciones económicas en el Perú obedecen a factores internacionales. Hemos hecho un trabajo que estamos a punto de publicar y hemos encontrado que alrededor del 60% de lo que pasa en el ciclo del PBI obedece a factores internacionales.
Curiosamente, para la administración de PPK el contexto externo es bueno y los términos de cambio se han elevado en 20% en el último año, que no es poca cosa.
Sin embargo, a pesar del contexto favorable la economía no crecerá al ritmo de lo que espera el MEF o el BCR.
¿Cuál es su proyección?
Vamos a crecer con suerte en 2%.Estamos en un problema que no hay que achacárselo a El Niño porque ya se veía venir. Como el crecimiento potencial no es 2% , hay motivos para impulsar la economía y crecer entre 2.5% y 3%.
¿Es posible crecer al 3% como espera el MEF?
En estas cosas las políticas tienen que ser bien preventivas, porque las decisiones se materializan a los 3 o 5 meses en que se adoptan. El retardo en la decisión de gastar más puede llegar a cinco meses.
Mientras más se demoren seguramente la política que se adopte será útil cuando ya no haga falta. Entonces, hay que empezar ya con fuerza a impulsar, pues creo que la coyuntura lo amerita.
¿Cuáles son las políticas que hay que impulsar?
La política fiscal y la política monetaria.
Entonces, ¿hay que ser expansivos?
Sí, no tengo duda en eso.