“Registrar una empresa nueva debería ser tan sencillo como inscribir a un recién nacido”

El economista Iván Alonso sostiene que el Gobierno “no debería desesperarse por resolver la desaceleración”. Remarca la necesidad de reducir los trámites para que la economía pueda funcionar mejor a largo plazo, en el marco de su participación en CADE 2014.

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Por: Redacción Gestion.pe

Karen Rojas Andia
karen.rojas@diariogestion.com.pe

La tramitología es uno de los obstáculos más agudos para empresarios e inversores. El economista Iván Alonso, quien participará en la mesa de Facilitación de Inversiones en CADE 2014, sostiene que un ejemplo de ello es el proceso que requiere la creación de una nueva empresa.

Señala que podría obviarse ciertos requisitos y reducir los procedimientos con la creación de una plataforma online, que le permita al emprendedor acceder a registros públicos para inscribir su firma en unos cuantos pasos. “Registrar una empresa nueva debería ser tan sencillo como inscribir a un hijo recién nacido”, anota.

Otro cuello de botella está a nivel de gobiernos regionales y locales. “Ahí es donde hay muchos requisitos, formalidades, inspecciones y reglamentos que pueden variar radicalmente de un municipio a otro, (e incluso) a la hora de renovar permisos y licencias”, refiere el economista, quien precisa que se trata de una preocupación constante de las empresas, sobre todo, porque son más de 1.500 municipalidades con la facultad de crear sus propios trámites y procedimientos cada una.

Medidas reactivadoras, ¿una salida efectiva contra la desaceleración?
Iván Alonso destaca la necesidad de que el Gobierno se enfoque en reducir la tramitología, en lugar de desesperarse en resolver la desaceleración. Comenta que el primer camino contribuiría a que la economía funcione mejor de cara a largo plazo.

De esa manera, cuestiona la efectividad de las medidas reactivadoras que crean regímenes especiales, beneficios tributarios, subsidios y facilidades para ciertos sectores. “Las economías no crecen siempre de modo uniforme, sino con altibajos. No veo que haya una razón para alarmarse ni mucho menos para tomar medidas improvisadas de reactivación que pueden tener peores consecuencias a largo plazo”, sentencia.

El economista aclara que el proyecto de ley para incrementar la tasa de depreciación acelerada –que anunció el presidente Ollanta Humala para ofrecerle beneficios tributarios a las inmobiliarias con miras a fomentar la construcción de viviendas- es una de esas medidas.

Si bien se está adoptando una salida para favorecer ciertas inversiones, eso implica que se estarán dejando de lado otras que eran aún mejores, argumenta. “No se puede decir con exactitud qué inversiones serían dejadas de lado (…) El beneficio tributario desvía la inversión hacia proyectos que no son los más rentables para el país.”

¿Pero que sugiere el consultado para enfrentar la desaceleración? “Mantener la calma”, responde con la convicción de que es preciso esperar que las cosas se normalicen. “Particularmente, no creo que las medidas fiscales sean reactivadoras. Si el gobierno decide gastar más en A, tiene que gastar menos en B, C o D. Esas medidas supuestamente reactivadoras no tienen, en mi opinión, un efecto neto positivo”, puntualiza.