The Economist: “Perú ahora tiene presión para hacer reformas estructurales, no le queda otra”
La época de mayor bonanza ya pasó, pero aún no es tarde para hacer las reformas necesarias para sostener el crecimiento en el más largo plazo. Irene Mia, directora regional de The Economist Intelligence Unit, comparte su visión de la economía peruana.
Por: Luis Fernando Alegría
¿Qué elementos tiene la nueva “normalidad” en el mundo?
El entorno internacional no es tan positivo. Los precios de los commodities se van a estabilizar en un nivel más bajo. También está el crecimiento de China, que se está desacelerando porque está en una etapa de desarrollo, de ingresos medios. Otro tema es política monetaria de países desarrollados, que va a pasar a una etapa más normal. La liquidez va bajando y las tasas de interés en países desarrollados van a subir y eso va a cambiar la dinámica: los emergentes competirán con los desarrollados para atraer capitales.
¿El riesgo de este nuevo entorno para Perú ya está latente?
Yo no veo un riesgo inmediato, en los próximos cinco años Perú va a seguir creciendo alrededor de 5%, que es de las más elevadas de la región, pero es menos que en años previos. En el mediano a largo plazo, Perú ya no podrá crecer apoyado en el contexto internacional, sino que tiene que enfrentar problemas internos: mercado laboral, calidad instituciones, educación, etc.
¿Por qué cree que aún podemos crecer a ese ritmo por cinco años más?
De un lado, el consumo interno va a seguir siendo elevando, aunque desacelerándose. Las inversiones mineras van a comenzar a operar y eso va a soportar el crecimiento. Creemos que los commodities y China van a estar normalizándose, pero todavía manteniéndose altos. Si bajan más, hay un riesgo para Perú. También hay riesgos internos con los proyectos mineros por conflictos sociales, que pueden jugar en contra.
¿Por qué le parece que no hemos hecho nada para sostener el crecimiento de más largo plazo?
Los emergentes no han tenido el incentivo a enfrentar solucionar sus problemas estructurales internos porque, claro, la liquidez internacional abundante y boom de commodities no hacía necesario esas reformas. El tema de Perú es cómo hacer para mejorar su competitividad y productividad. Los pronósticos todavía son positivos, pero hay que pensar en el largo plazo.
Pero ahora el panorama internacional está lejos de ser lo benigno que era hasta hace dos años…
Ahora hay una presión para hacer las reformas, porque no hay de otra. A lo mejor, no es el mejor periodo para hacerlo, pero la historia económica nos muestra que los países hacen las reformas en tiempos de crisis, como estamos viendo en la zona euro, como Portugal, España o Italia. A Perú le quedan años y tiene un manejo macroeconómico excelente, el gobierno tiene los recursos para empujar las reformas y ese gran empuje a la infraestructura va a ayudar mucho.
A su juicio, ¿Perú está avanzando bien en las llamadas “reformas de segunda generación”?
Creo que se ha avanzado, pero es difícil ver resultados en un país donde aún hay problemas de pobreza y disparidad entre regiones. Creo que van por el rumbo apropiado, la clase política es consciente de la importancia de estas reformas y este punto de inflexión va a hacer poner más enfoque en eso, ojalá se pueda aprobar reformas más rápidamente. La posición del gobierno dificulta aprobar reformas difíciles.
¿En qué ámbitos están las principales dolencias del país?
La parte macroeconómica está muy avanzada. El enfoque en infraestructura es muy importante y eso lo están haciendo bien. La educación va a tardar más tiempo, y no es solo un problema de calidad, sino tener un sistema educativo que produzca el tipo de capital humano que las empresas necesitan. Aparte, ahora Perú está un poco en la maldición de los recursos naturales, es decir, con el precio alto de commodities no tenían incentivos para diversificarse hacia la producción de cosas con más valor agregado. Para subir en la cadena de valor, hay que tener el capital humano apropiado y eso no es muy fácil de hacer. Hay una visión de lo que hay que hacer, la cuestión de momento es darle más fuerza.
En este contexto, ¿cómo el Perú Summit 2014 puede ayudarnos?
Todavía quedan algunos años de crecimiento y este es el momento para pararse y preguntarse qué hacemos para seguir creciendo. El evento es la oportunidad para juntar expertos locales e internacionales, políticos, tomadores de decisiones y empresarios; para discutir qué hacer para sostener el crecimiento y rescatar experiencias y lecciones de otros países.