Sector financiero de Reino Unido quiere una inmigración flexible
Las recomendaciones podrían ayudar al sector financiero a aportar 16,000 millones de libras adicionales a la economía del Reino Unido para 2025, con alrededor de dos tercios del crecimiento originados fuera de Londres.
Por: Redacción Gestion.pe
(Bloomberg) Los bancos, los gestores de activos y las compañías aseguradoras más importantes del Reino Unido establecieron entre sus máximas prioridades para un acuerdo del Brexit normas migratorias más flexibles, en tanto el sector busca mitigar el posible impacto de abandonar la Unión Europea, según un grupo de presión.
Modificaciones en el sistema de visados e inmigración del Reino Unido para ayudar a las firmas financieras a contratar ciudadanos extranjeros, un acuerdo sobre acceso a mercados y otras medidas podrían ayudar a generar ganancias económicas de 43,000 millones de libras (US$ 55,500 millones) para 2025, según un informe de TheCityUK dado a conocer este jueves.
Si bien el plan contribuye a recuperar parte del terreno perdido con el Brexit, no aportará de todos modos tantos beneficios como permanecer en la UE, añadió.
“Tenemos que plantear al Gobierno el argumento de la necesidad de continuar permitiendo que la gente del exterior venga a trabajar en el sector”, dijo en una entrevista el ex secretario del Tesoro británico, Mark Hoban, quien dirigió la publicación del informe para TheCityUK.
“Dada la naturaleza global del sector, es particularmente importante que tengamos una fuerza de trabajo global”, agregó.
La primera ministra Theresa May está siendo presionada a centrarse en las necesidades de la economía en vez de reclamar la soberanía en materia de inmigración y legislación ahora que el Reino Unido negocia su divorcio de la UE.
Los dirigentes empresariales han expresado sus quejas por la posible pérdida de acceso a talento internacional a raíz de que su Gobierno busca reducir el flujo de inmigrantes a decenas de miles por año.
“No habiendo una estrategia deliberada para contrarrestar los efectos del Brexit y otros problemas, se prevé que el sector se estancará”, escribió el equipo de Hoban en el informe, producido con el estudio contable PricewaterhouseCoopers.
El paquete de 35 puntos con recomendaciones del estudio puede ayudar al sector financiero a “volver al crecimiento aunque moderado después de un período de ajuste considerable”, dijo.
El Gobierno de May debe garantizar la circulación continua para los ciudadanos europeos que vienen a Gran Bretaña para trabajar, incluso para algunas personas sin perspectivas de empleo inmediato, según el informe.
En 2016, la migración neta al Reino Unido se redujo en un cuarto hasta 248.000, impulsada por un aumento de los ciudadanos de la UE que abandonaron el país, en tanto las normas británicas sobre inmigración se han endurecido.
El coste que representa para las empresas patrocinar una visado general de cinco años aumentó 250% entre 2016 y 2017 y actualmente asciende a 7,000 libras, mientras que el umbral del salario mínimo para los trabajadores creció 44% desde julio de 2015 hasta 30.000 libras anuales, según el informe.
Las recomendaciones podrían ayudar al sector financiero a aportar 16,000 millones de libras adicionales a la economía del Reino Unido para 2025, con alrededor de dos tercios del crecimiento originados fuera de Londres.
La hipótesis alternativa produciría una pérdida de la competitividad internacional del Reino Unido como centro financiero y un crecimiento más bajo, según el informe.
Algunos bancos mundiales con sede europea en Londres ya están preparados para trasladar partes de sus operaciones a otros lugares de la UE. Existe un “peligro de que se alcance un punto de inflexión en el ecosistema en algún momento en el futuro”, según el informe.
Las empresas financieras podrían reubicarse en masa cuando el coste de tener que mantener capital adicional en múltiples ubicaciones se vuelva poco rentable, agregó.
El informe sostiene que el Reino Unido garantizará el “acceso mutuo a los mercados” para las compañías financieras del Reino Unido y de la UE después del Brexit, asegurando a la vez un acuerdo transitorio para evitar el llamado efecto acantilado al término del período de negociación de dos años.