Las petroleras estatales de la Alianza del Pacífico en busca de capitales privados

Petroperú fue la primera compañía de un país del bloque comercial en dar un paso hacia la colocación de sus acciones en la bolsa. Le seguirían en ese propósito la mexicana Pemex y la colombiana Ecopetrol.

(Foto: Difusión)

Por: Redacción Gestion.pe

La República, Colombia
RIPE, Red Iberoamericana de Prensa Económica

Con la apertura de 49% de sus acciones a inversionistas privados, Petroperú confirmó la tendencia que se muestra en otros dos países de la Alianza del Pacífico (AP), México y Colombia, que le apuestan a la entrada de capital privado en sus mayores empresas del sector de hidrocarburos.

La petrolera peruana, que además de producir petróleo también lo refina para producir carburantes, aspira a mejorar sus cifras actuales, que el último trimestre del 2013 arrojaron un volumen de 96,700 barriles por día, y que contribuyeron a aportar 2.9% del PBI del 2013. A ese fin se debate en el parlamento peruano la Ley 30130, que le otorga a Petroperú 270 días para remodelar la empresa de forma que cumpla los parámetros para recibir capitales privados.

De conseguir el objetivo, Petroperú podría acometer una de sus más urgentes inversiones, la modernización de la refinería de Talara. La ley establece, no obstante, que será necesaria la contratación de un banco de inversión para que la compañía pueda comenzar a emitir 49% de sus acciones en la Bolsa de Valores de Lima (BVL).

“Cuando hay inversiones privadas, extranjeras o no, básicamente aportan capital y experiencia, lo que debería favorecer el precio de activos que cotizan en bolsa. El mensaje que se envía al mundo es que cuando alguien importante decide invertir en el país es que las oportunidades de rentabilidad son muchas”, explica Diego Franco, analista de hidrocarburos en la bolsa de Asesorías e Inversiones.

El caso de Pemex

Es precisamente el mensaje que intentan lanzar desde la gran petrolera mexicana, Pemex. En diciembre de 2013, la compañía estatal fue testigo de un cambio en sus reglas del juego a través de una reforma constitucional que abre la explotación de yacimientos a los competidores que lo deseen.

Aunque desde Pemex se especifica que aún no existe un marco legal definido al respecto, la prensa mexicana recoge que ya habría solicitado en la llamada Ronda Cero (primera parte del proceso) a la Secretaría de Energía 83% de las reservas de hidrocarburos y 31% de los recursos prospectivos nacionales, aunque no se cierran a alianzas con otras empresas.

“Pemex conservará lo que ha venido explotando y se abren posibilidades de asociación. Se busca potenciar capacidad del país y explotar sus recursos. La entrada podrá hacerse a través de contratos, producción compartida o venta compartida. Todas las posibilidades están abiertas”, señala Pemex.

El gobierno mexicano calcula que, con el nuevo marco normativo, aumentará 1% el crecimiento económico del país hasta 2018 y se generarán 500,000 nuevos empleos en el próximo sexenio. Se superaría entonces la producción actual, de 2.5 millones de barriles al día, que sustentan 7.6% del PIB.

Pero según destaca Jorge Bendeck, presidente de Fedebiocombustibles, el caso de México es distinto, puesto que no se trata de una privatización como tal, sino que es el territorio el que se abre.

Una empresa estatal recurre al sector privado dependiendo de algunas circunstancias. Si quiere mejorar su capacidad administrativa o si, teniendo una buena capacidad administrativa, tiene necesidad de recursos financieros para crecer. “En Petroperú el Estado lo hace porque consigue recursos financieros necesarios para entrar en actividades de riesgo, como la exploración”, señaló Bendeck. Ecopetrol, por su parte, explica, tiene muchísimos campos que están siendo manejados por empresas privadas y no necesita atraer más capital, y por último México tiene que invertir inmensas cantidades de dinero para explotar más petróleo, que es una de sus mayores urgencias.

Ecopetrol es la tercera en discordia. La compañía colombiana lidera hasta el momento la participación privada, que supone 11.5% del total. Con 788,000 barriles diarios, obtiene ganancias que le permitirían dirigir su atención a las posibilidades abiertas en México y Perú, donde las sinergias energéticas parecen propicias para la AP.