Nadie conoce la herencia de Cristina Fernández en Argentina

Los últimos datos sobre el PBI argentino han llevado a muchos economistas de ese país a cuestionarse qué pasó con su economía estos años. “No sabemos qué pasó y no sabemos cómo estamos en realidad”, afirma Tomás Bulat.

(Foto: Reuters)

Por: Redacción Gestion.pe

El Cronista de Argentina
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

Tomás Bulat
Economista

Es normal que los economistas lidiemos con la incertidumbre del futuro. Es muy difícil saber exactamente qué va a pasar, aunque tratamos de preverlo.

Pero este país es tan maravilloso que los economistas ahora lidiamos con la incertidumbre del presente y del pasado.

Casi diría hoy que estamos más seguros de lo que puede venir que de aquello que realmente pasó.

Cada vez más confusión
Finalmente el INDEC empezó a publicar nuevos datos y las contradicciones que está mostrando ya no tiene ni pies ni cabeza. Resulta que el PBI desde el 2004 creció casi un 10% menos que lo publicado anteriormente, pero el PBI en dólares es más grande.

Sí, así como lo leen. El PBI creció menos, pero ahora es más grande.
La explicación teórica de esta contradicción, se debe al cambio de año base. Cuando se pasa de usar el año 1993 como base y se utiliza al año 2004, resulta que el PBI era un 20% más elevado que el que daba las proyecciones del año 1993.

Por lo tanto el PBI en el 2013 pasó de US$ 498,000 millones a US$ 611,000 millones.

Algunas conclusiones sobre los nuevos datos publicados:

El sector industrial –en proporción al PBI– no creció.

Las exportaciones son una menor proporción del PBI, es decir, somos una economía más cerrada de lo que pensábamos

La inversión no era del 23% del PBI, sino del 17% lo cual implica que pasó de ubicarse por arriba del promedio histórico a estar por debajo del promedio histórico.

La inversión en educación no fue del 6% del PBI, sino del 5.3%.

En lugar de haber crecido un 37% desde el 2004, lo hicimos el 27%, es decir a un promedio del 4.1% lejísimos de tasas chinas. Es más, debajo de los promedios de Perú, Chile o Colombia.

Otras metodologías interesantes que calculan el PBI como la de Arklems (http://arklems.org/), muestran que el crecimiento fue todavía menor en estos años, de tan solo el 19%, lo que implica un módico 2.9% anual.

Dudas externas
Otro inconveniente está dado por las dudas sobre las reales exportaciones argentinas. El saldo comercial es muy importante porque es la fuente principal –y casi única– de ingresos de dólares a la economía al tipo de cambio oficial.

El mes pasado fue publicado el ICA, que es el informe del Intercambio Comercial de la Argentina, en el que el INDEC corrigió la serie del 2013. Pasando de los 9,000 millones de superávit comercial a 8,000. Es decir, un 11% menos. Pero lo interesante es que muchas consultoras privadas comenzaron a dudar también de estos datos.

Así, primero se notó una diferencia entre lo que informa Aduana acerca de las exportaciones y lo que informó el BCRA. Para Aduana eran 82,000 millones las exportaciones, pero para el Banco Central tan solo 77,000.

Luego, un informe de la consultora Elypsis publica las diferencias entre lo que declara Argentina como exportaciones a Brasil y lo que Brasil declara como importaciones desde Argentina. Hasta ahora se encontraron más de US$ 2,500 millones de diferencia en contra de lo que informó el INDEC. Por lo tanto el saldo comercial no sabemos cuánto es.

Ni hablar lo que sucede este año, que hasta marzo, el saldo comercial es favorable en US$ 121 millones contra los US$ 1,400 del año pasado. Es decir si para colmo ese dato está sesgado, quiere decir que el ingreso de dólares a la Argentina es prácticamente nulo.

Una de las consecuencias de tener un PBI más grande en dólares es que la participación de las exportaciones es menor. La economía de Argentina tiene un nivel de apertura al comercio exterior muy bajo. Confirmando en realidad lo que todos suponemos, que la economía argentina se encuentra cada vez más cerrada y alejada del mundo.

Deslizamiento de precios
Finalmente la medición de inflación correspondiente al mes de abril, que nuevamente se puso en tela de juicio cuando el gobierno informó el 1.8% y el Congreso el 2.8%. Es decir que la diferencia de inflación en estos cuatro meses entre el Congreso y el INDEC es de casi 4%.

¿Es realmente lo mismo que tengamos una inflación anual del 30% que del 40%? Obviamente no es lo mismo.

Pobreza cero
Si no sabemos el PBI, si no sabemos la inflación, es lógico que no sepamos la pobreza que hay en nuestro país. Es interesante cómo en este país se habla todo el tiempo de los pobres y nadie sabe a ciencia cierta cuántos son.

¿Y la herencia?
Finalmente, con todos estos datos, la conclusión es muy directa: No sabemos qué pasó en la economía en estos años y no sabemos cómo estamos en realidad.

De ahora en adelante, todo lo que podamos decir sobre la economía Argentina será basado en relatos. La realidad –por desgracia– no sabemos cuál es.

Hay una cosa buena. El próximo gobierno no va a poder echarle la culpa de sus problemas a la herencia recibida.

Es que nadie sabe qué se heredará. Simple y llanamente, no lo sabemos.