Mohamed El-Erian analiza mensaje de Mario Draghi a gobiernos europeos
Los líderes políticos de Europa deberían hacer caso al mensaje de Mario Draghi y traducirlo a medidas económicas creíbles, opina el renombrado economista egipcio.
Por: Redacción Gestion.pe
Al cerrar el jueves la reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, el presidente Mario Draghi destacó cuatro puntos cuya importancia se expande mucho más allá de los mercados y la economía.
Los líderes políticos de Europa deberían hacer caso a su mensaje y traducirlo a medidas económicas creíbles.
1. Una vez más, la política monetaria ha sido efectiva en prevenir resultados sumamente malos. Efectivamente, sin las medidas adicionales audaces que el BCE anunció en marzo, la turbulencia del mercado financiero mundial de enero y febrero hubiera provocado una compresión deflacionaria del crecimiento en toda Europa.
2. Aun cuando políticas agresivas del BCE pueden aminorar el riesgo de consecuencias muy negativas, no pueden proporcionar lo que realmente se necesita: un crecimiento económico alto y constante. Como Draghi correctamente lo señaló, alcanzar ese resultado requeriría que los gobiernos compartieran la carga de las políticas con el banco central y adoptaran una variedad de medidas para aumentar la productividad y la demanda. Draghi destacó la necesidad de gasto en infraestructura pública, así como más políticas fiscales pro crecimiento.
3. Puesto que Europa también está expuesta a impactos no económicos –como acontecimientos políticos desestabilizantes en países miembros, o como el riesgo de que el Reino Unido abandone la Unión Europea—los gobernantes también necesitan reforzar la arquitectura económica y financiera de la eurozona. Esto implica completar la unión bancaria, llegar a un consenso en la senda de una mayor integración fiscal y mostrar una mayor unidad política.
4. Ninguna institución por sí sola ahora aceptará la tarea de ponerse a la cabeza en lo concerniente a algunos países complicados –particularmente Grecia—después de tantas decepciones recurrentes. Pero la mejor alternativa –la esperanza de acción simultánea—está socavada por la falta de suficiente confianza mutua entre los acreedores (gobiernos europeos, la Comisión Europea, el BCE y el Fondo Monetario Internacional, pero también entre estas instituciones y Grecia).
Por Mohamed El-Erian.