IPD y la millonaria inversión para obtener 45 medallas en los Panamericanos Lima 2019
El atletismo es la disciplina que recibirá la mayor inyección de dinero, con US$ 1.14 millones en los próximos dos años.
Por: Manuel Patiño
A casi dos años para el inicio de los Juegos Panamericanos Lima 2019, el Instituto Peruano del Deporte (IPD) proyecta 45 medallas para el Perú. Sin embargo, estas medallas no llegarán gratis.
En la Comisión de Educación del Congreso, el presidente del IPD, Óscar Fernández, estimó en US$ 23.9 millones la inversión en capacitación deportiva, para los próximos dos años.
En 2017 se necesitan US$ 10.7 millones, mientras que para 2018, el presupuesto asciende a US$ 13.2 millones.
Cada año, el gasto se divide en preparación deportiva, que comprende el entrenamiento, equipamiento y eventos internacionales de los deportistas; y técnicos (los entrenadores).
Solo en 2017 se gastará US$ 2.29 millones en técnicos, y US$ 8.42 millones en la preparación de cada disciplina.
Prioridades
De los más de 750 atletas que participarán en Lima 2019, el IPD presentó una lista de 111 deportistas priorizados de las 13 disciplinas en las cuales tenemos más posibilidad de conseguir una medalla.
Atletas como Gladys Tejeda o Analí Gómez percibirán un mayor apoyo económico y un entrenamiento intensivo para obtener un galardón.
La disciplina con mayor número de participantes priorizados es el atletismo, con 25. Además, es la que recibe una mayor inversión de parte del IPD: US$ 528,012 solo en 2017.
En el plano deportivo, el retorno del medio millón de dólares serán nueve medallas: tres de oro, plata y bronce, según el IPD.
En total, Fernández calcula que Perú obtendrá 16 medallas de oro, nueve de plata y 20 de bronce en Lima 2019.
Federaciones
Durante su exposición, el presidente del IPD resaltó que el dinero destinado a cada disciplina será administrado por cada federación deportiva. Incluso pueden readministrar el presupuesto de preparación deportiva para incrementar la partida de técnicos, o viceversa.
Por otro lado, para el correcto desarrollo de los juegos se va a optimizar las sedes actuales y se construirán nuevas que, al terminar Lima 2019, serán gestionadas por cada federación.
Fernández negó que estos escenarios sufran el mismo destino que las arenas de Río 2016, hoy abandonadas. El argumento fue sencillo: tenemos tan pocas facilidades deportivas que obligatoriamente las usaremos.