En imágenes: la crisis económica que golpea la mesa de los venezolanos
FOTOGALERÍA. La galopante inflación de Venezuela y la escasez crónica de alimentos ha obligado a las familias venezolanas a cambiar y reducir su dieta, aumentando su consumo de carbohidratos y cortando drásticamente la ingesta de proteínas, muy costosas o simplemente, no disponibles. En este reportaje elaborado con información de la agencia Reuters, mostramos qué está sucediendo en ese país.
Desde hace meses, la familia de Álida González (segunda de la derecha) no almuerza. "Comemos menos. La situación está tan apretada que con lo que uno antes compraba para desayuno, almuerzo y cena, hoy solo alcanza para un desayuno, y no uno bueno", relató González en su humilde vivienda en el barrio caraqueño de Petare. (Foto: Reuters)
El presidente, Nicolás Maduro, defiende que en los 17 años del socialismo promovido por su antecesor Hugo Chávez, se redujo a mínimos la desnutrición, gracias a las redes públicas de distribución de alimentos subsidiados, una política reconocida por la FAO. (Foto: Reuters)
Pero en medio de un derrumbe crucial de los precios del petróleo, fuente principal de los ingresos, y de las vitales importaciones de alimentos, expertos consideran que la realidad de González se replica en millones de venezolanos. A lo anterior se suma el corte de energía eléctrica por una prolongada sequía provocada por el fenómeno de El Niño. (Foto: Reuters)
Según una encuesta realizada entre agosto y septiembre del 2015 por tres de las principales universidades del país, cuyos académicos han arrojado críticas a Maduro, un 87% de los venezolanos sostuvo que sus ingresos fueron insuficientes para la compra de alimentos. En la vista, refrigeradoras en casas de venezolanos. (Foto: Reuters)
El estudio Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi), elaborado por las universidades públicas Central y Simón Bolívar, junto con la privada Católica Andrés Bello, y divulgado en marzo, también revela que un 12% de los encuestados reconoció que ingiere dos o menos comidas al día, como es el caso de Rosa Elaisa Landaez y su familia. (Foto: Reuters)
El salario mínimo integral en Venezuela, que incluye un bono mensual para comprar comida, es de 24,853 bolívares (US$ 68 al tipo de cambio oficial más alto). La canasta alimentaria para una familia promedio de cinco se ubicó en marzo en unos 142,800 bolívares (US$ 391), según el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (CENDAS). (Foto: Reuters)
Maduro sostiene que una "guerra económica" de la oposición y empresarios está sometiendo a los venezolanos a pasar horas en largas colas para comprar bienes básicos. Los acusados, que impulsan un referendo revocatorio del presidente, dicen que más de una década de socialismo ha destruido a la industria local. (Foto: Reuters)
El Gobierno sostiene que desde 1999, cuando Hugo Chávez llegó al poder, ha incrementado en un 37% el consumo de calorías, hasta las 3,092 calorías diarias, garantizando las tres comidas al 95% de la población. Sin embargo, una encuesta de la firma Datanálisis registró en febrero que el 82% de alimentos escasea en los comercios de Caracas; es decir, que de cada diez productos, ocho no estuvieron disponibles. (Foto: Reuters)
Según el estudio Condiciones de Vida en Venezuela, los sectores pobres consumen en un 40% carbohidratos. El Ministerio de Alimentación concordó con que el patrón de consumo en 2015 privilegió la harina de maíz precocida – para elaborar arepas -, arroz, aceite, azúcar de mesa y pollo, como principal proteína. (Foto: Reuters)
El sondeo de los académicos mostró que la ingesta de pollo cayó 11 puntos porcentuales el 2015. Los venezolanos confiesan que no pueden comprar arroz en Caracas pese a que madrugan, faltan a su trabajo y forman una fila de cuatro horas. En la foto Rómulo Bonalde y su esposa con toda la comida que tienen en casa. (Foto: Reuters)
Según un estudio de la farmacéutica danesa Novo Nordisk y la escuela venezolana de gerencia IESA, casi dos millones de venezolanos sufren de diabetes, y más del 30% de la población del país padece de obesidad, el más alto porcentaje en Sudamérica, según un informe de la OMS. Antonia Torres posa en su casa en Caracas. (Foto: Reuters)
Los expertos sostienen, además, que la salud también se ve amenazada cuando a la calidad de la alimentación se suman la falta de actividad física y los síntomas de angustia generados por la crisis económica del país, la criminalidad y las constantes fallas en servicios básicos, como agua y luz. (Foto: Reuters)
Un tercio de las 1,488 familias encuestadas por las universidades dijo que la situación del país le genera angustia, y otro 23% confesó sentirse triste. Mientras, el sedentarismo aumentó a 53%. En la foto, Mirella Rivero y su esposo posan con todos los alimentos que tienen en casa. (Foto: Reuters)
"He llegado a casa de hacer cola y me voy a la cama y me pongo a llorar por llegar con las manos vacías. Me da tanta impotencia pensar que en mi cocina no hay nada", se lamentó Álida González, rodeada por su familia. La comida disponible en su hogar para alimentar a tres adultos y dos niños se reducía a medio kilo de pollo, cuatro plátanos, una bolsa pequeña de arroz, aceite y un mango pequeño. (Foto: Reuters)
Por: Redacción Gestion.pe