Eric Maskin: “Los emergentes son la esperanza del mundo”
El Premio Nobel de Economía sostiene que las economías emergentes tienen la tarea de sacar a los países antiguos, y en especial Europa, de la trampa en la que se encuentran hace muchos años.
Por: Redacción Gestion.pe
Diario El Cronista de Argentina
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)
El ganador del Premio Nobel de Economía Eric Maskin vive en un estado de optimismo, pero tiene la sensación de que camina a contramano del humor global. Sé que vivimos en una época pesimista, ironiza el economista estadounidense.
Profesor en Princeton y Harvard, Maskin aplaude iniciativas de transferencia de renta como el programa Bolsa Familia, que promueve el estudio de los niños en edad escolar, y mira a Brasil y a otros emergentes como una esperanza para el mundo. Dice que esas economías tienen la tarea de sacar a los países antiguos léase Europa de la trampa en la que se encuentran hace muchos años.
Ni el rebajamiento de la nota de crédito de Brasil que decidió Standard & Poor’s días atrás afecta su confianza: Soy optimista, tengo una visión de largo plazo, al menos de tres o cuatro años, afirmó el profesor a la revista Valor Económico.
Aprueba también la forma en que la Reserva Federal inició la reducción de los estímulos en Estados Unidos. Es prudente comenzar a remover parte de esa liquidez antes de que la economía esté completamente recuperada y es exactamente eso lo que están haciendo.
Pero cuando el tema es la desigualdad en el nivel actual de la globalización, un tópico importante en sus investigaciones, su espíritu se altera. A diferencia de lo que reza la teoría de la ventaja económica, Maskin observa que la internacionalización de la economía no solo no redujo la desigualdad, sino que la aumentó, principalmente en países emergentes y pobres.
Una solución posible para revertir ese indeseable efecto colateral de la globalización es ofrecer educación y entrenamiento a los que están en la base de la pirámide social. Creo que esa es una de las razones por las cuales la desigualdad de renta está cayendo en Brasil en los últimos años, a diferencia de lo que ocurre en China y en India, por ejemplo, dijo.
Maskin ganó el premio de Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel en 2007 por la teoría del diseño de mecanismos, parte de la teoría de los juegos.
El economista es un defensor de libre mercado. El verdadero desarrollo económico es imposible sin los mercados. Pero insiste en que se necesita más regulación en el campo de las finanzas. Su tesis es que, durante un período de fuerte expansión, la tendencia es a un fuerte apalancamiento, en caso de que no haya regulación. Eso genera el riesgo de una quiebra, que es exactamente lo que ocurrió en 2008.
Por otra parte, cree que la regulación tiene que ser más flexible en la otra punta: la de propiedad intelectual en la industria del software. Cada invención agrega a lo que había antes y, si los inventores patentan esos hallazgos, es más difícil para otros inventores agregar algo nuevo. La solución sería el ablandamiento de la ley de patente en ese segmento, en beneficio de la innovación y la sociedad.
Este mes, Maskin estuvo en Brasil y asistió a la exposición El Premio Nobel Ideas que Cambian el Mundo, en la biblioteca de la Fundación Getulio Vargas de Rio, una muestra promovida por el Museo Nobel.
Además de haber recibido la premiación más importante del mundo económico, Maskin tiene otras conexiones con el universo de Nobel. Vive en Princeton, en la misma casa donde residió otro gran vencedor y uno de sus ídolos: Albert Einstein.
A seguir, los principales trechos de la entrevista:
Valor: El lunes Standard & Poor’s rebajó la nota de crédito de Brasil con la justificación del deterioro de las cuentas públicas y de las cuentas externas, el bajo crecimiento y la reducción del margen de maniobra del gobierno. ¿Qué impacto tendrá ese rebajamiento en la economía del país?
Eric Maskin: No trabajo haciendo previsiones sobre cuánto puede caer o subir el PBI como resultado de un evento económico. Obviamente, el rebajamiento de la nota de crédito no es una cosa buena para Brasil, pero cuando digo que soy optimista tengo una visión de largo plazo en mi cabeza, de al menos tres o cuatro años. El shock temporario del rebajamiento no tendrá un gran efecto.
Valor: Después del grupo Brics, se puso a Brasil en un nuevo grupo, los Fragile Five (los cinco frágiles), junto a Turquía, India, Sudáfrica e Indonesia, economías que se habrían tornado dependientes del financiamiento internacional inconstante. ¿Cómo evalúa ese nuevo escenario?
Maskin: Creo que esos son rótulos muy lindos que no quieren decir mucho No tomo muy en serio esos rótulos. Ni Brics ni Los cinco frágiles.
Valor: ¿No cambia la perspectiva internacional en relación a los países emergentes frente al nuevo escenario?
Maskin: Creo que hay buenas razones para ser optimista en relación a las economías emergentes. Sé que vivimos en una época pesimista, pero continúo diciendo que esas economías tienen un gran potencial. Pienso que las economías emergentes son la esperanza del mundo porque van a sacar a los países antiguos de la trampa en la que se encuentran hace muchos años, principalmente Europa, que está en pésimas condiciones hace muchos años. Creo que países como Brasil dan esperanzas a Europa.
Valor: ¿Con respecto a China? El país está creciendo menos de lo que crecía en el pasado. ¿Cómo puede impactar en países como Brasil ese nuevo modelo de crecimiento?
Maskin: No se olvide que China tenía bajísimos niveles de crecimiento cuando comenzó sus reformas de mercado a finales de la década de 1970. A medida que se enriquecen, es inevitable que la tasa de crecimiento disminuya, porque ya no puede beneficiarse de los préstamos tomados en países desarrollados. En los últimos 30 y pocos años China estaba intentando alcanzar a los países desarrollados.
Ahora que está más cerca de alcanzarlos, precisa hacer más por cuenta propia. Necesita desarrollar más tecnologías por cuenta propia, tener ideas propias y eso inevitablemente reducirá la velocidad de su desarrollo. No atribuyo esa desaceleración exclusivamente a la nueva política. Son cosas de la vida.
Valor: Usted estudió la desigualdad en el mundo. En Brasil, uno de los temas que tratan algunos formuladores de políticas públicas es como debería ser una segunda etapa para el Bolsa Familia. ¿Los programas de redistribución de renta como ese tiene un plazo de validad?
Maskin: Creo que la política tiene que continuar hasta que la desigualdad se reduzca a un nivel tolerable. Aunque la desigualdad cayó en Brasil, todavía es muy alta. Eso no mejorará por sí solo. Eso es lo que muestra la teoría. Si no se hace nada, la desigualdad tiende a empeorar. Por eso es importante que principalmente el Estado haga algo para mejorar la educación. Un próximo paso muy importante sería mejorar la calidad de las escuelas.
Valor: Usted dice que los mercados globales no redujeron la desigualdad en el mundo, principalmente en los países pobres. ¿Por qué?
Maskin: Porque la teoría estándar sobre el comercio internacional, la de la ventaja comparativa, no se aplica bien a la globalización actual. Esa teoría se aplicaba a la globalización anterior. La teoría postula que, cuando se abren las puertas al comercio internacional, uno se puede especializar en la producción de bienes para los cuales su mano de obra tiene aptitud.
En el caso de una economía emergente, de una economía pobre, eso significa que se puede concentrar en los bienes cuya producción requiere mano de obra poco calificada. Lo que significa que el comercio internacional es ventajoso para los trabajadores poco calificados, porque la economía se concentra en la producción de bienes que precisan de esos trabajadores.
La teoría estándar afirma que la desigualdad tiene que disminuir como consecuencia de la globalización, porque hay una mayor demanda por mano de obra poco calificada y una demanda menor por mano de obra altamente calificada. Por eso, los salarios de los trabajadores altamente calificados caen y los salarios de los poco calificados suben.
Valor: Usted rechaza esa teoría aplicada a la economía internacional actual.
Maskin: La globalización actual es diferente. No incluye solo la internacionalización del consumo. No se trata solamente del hecho de que puedo comprar, en Brasil, productos hechos en China, sino también que el proceso de producción en sí se internacionalizó, por lo que muchos productos se hacen en verdad a través de esfuerzos conjuntos entre diversos países.
Computadoras, por ejemplo, pueden proyectarse en Estados Unidos, programarse en Europa y armarse en China. Hay muchos otros ejemplos como ese. Es lo que ocurre y que, en el caso de esos bienes producidos internacionalmente, los productores de esos bienes solo demandan trabajadores con algún grado de calificación. Si no se tiene ninguna calificación, se queda fuera del juego.
Valor: ¿La globalización no beneficia a los más pobres?
Maskin: En un cierto sentido se ven perjudicados por la globalización, porque las personas que están arriba de ellos en términos de calificación, que tienen algún grado de calificación, y, antes de la globalización, trabajaban con los que no tenían calificación, ahora son empleadas de esas operaciones internacionales.
Sus salarios aumentan, pero las personas sin calificación quedan abandonadas. Sus salarios permanecen iguales o disminuyen y, por eso, la desigualdad aumenta por la globalización.
Valor: ¿Cuál es la solución para ese problema, considerando que la globalización probablemente continuará?
Maskin: Si tomamos en serio esa teoría, creo que tenemos buenas razones para hacerlo, lo más importante es dar a las personas que están en la base de la pirámide, las que no tienen calificación, la oportunidad de tener educación y entrenamiento. Es lo que está sucediendo en Brasil.
Creo que es una de las razones por la cual la desigualdad de renta está cayendo en Brasil en los últimos años, a diferencia de lo que ocurre en China y en India, por ejemplo.
Creo que eso se explica por la política educativa de Brasil. En primer lugar, el esfuerzo que se hizo para poner a los niños en edad escolar en las escuelas. Por lo que sé, hoy la tasa es superior al 95%. Hasta donde sé, el programa de transferencia condicional de renta también fue un éxito, porque incentiva a las familias a dar educación a sus chicos.