“Empresas peruanas deben replantear sus responsabilidades”
La crisis en Europa afectará las exportaciones peruanas , pero la banca podría verse favorecida, opina Antonio Argandoña, en entrevista concedida a Gestión .
Por: Redacción Gestion.pe
LUIS HIDALGO SUÁREZ
lhidalgos@diariogestion.com.pe
¿Cuáles son las perspectivas de la zona euro ahora que se ha aprobado un nuevo programa de rescate ?
El problema principal que tenemos los países de esta zona es de exceso de deuda , sobre todo privada en el caso de España , fruto de unos años de euforia económica que nos llevó a aumentar mucho el crédito, la compra de viviendas, el consumo y, por lo tanto, al endeudamiento de las familias y empresas y, posteriormente, del gobierno cuando acude al salvamiento de aquellos.
Toda la solución va a depender de lo que hagan las empresas y familias, de cómo reduzcan su endeudamiento. La banca está esperando la llegada de la ayuda externa para equilibrar su situación y demostrar que pueden ser viables y pagar sus deudas. En España el endeudamiento del estado no es tan grande pero como depende del crecimiento de la economía que se ha paralizado por alto endeudamiento de familias y empresas, y depende de que los bancos se salven, la deuda pública española está en el centro del mapa.
¿Pero cual sería la salida?
Europa ya decidió ayudar a la banca española (está en gestión el mecanismo para hacerlo) y también a la deuda pública española , con condiciones en ambos casos que ahora se están negociando. Esto se repite casi al pie de la letra en Italia , antes en Irlanda y Portugal y, como consecuencia, el conjunto de países de la zona euro se ven afectados por la crisis bancaria y de deuda de los países periféricos. Ello introduce incertidumbre lo cual paraliza las inversiones; los tipos de interés son bajos para algunos de nuestros socios, pero esto no es ninguna esperanza y ya estamos metidos probablemente en una recesión importante en Europa .
¿Qué posibilidades hay de que este programa de rescate tenga más éxito que el anterior?
DCreo que el nuevo programa va a ser más exitoso porque da muchos pasos adicionales. Lo que hasta hoy ocurría es que los mercados están cerrados para la deuda pública y de la banca española y mientras eso dure no hay salida para España. Europa ofrece por fin suficientes garantías como para que la banca española y el gobierno español puedan financiarse en condiciones normales y cuando se ponga en práctica este programa se inaugurará un periodo para que las reformas y ajustes internos de la economía española se vayan produciendo gradualmente en el tiempo.
¿Con un horizonte de crecimiento bajo en Europa, que repercusión ve para América Latina (AL) y el Perú?
No se puede garantizar tasas de crecimiento altas en Europa como las del 2007 y, por lo tanto, tampoco de importaciones de países como el Perú en los próximos años.
Por los problemas que se han creado en las cuentas externas, en el futuro necesitaremos ser más ahorradores, tener superávit en cuenta corriente de la balanza de pagos para poder pagar nuestras deudas y, por lo tanto, nuestras importaciones tienen que ser mucho menos importantes que en años anteriores lo cual es una mala noticia para ustedes. Nosotros vamos a copiar el modelo Latinoamericano de cuando los países de esta región decidieron aplicar políticas de ajuste y una gestión mucho más racional de sus recursos, en lugar de gastar por encima de sus posibilidades. Sin embargo, Europa sigue siendo un gran mercado abierto y, sin alcanzar grandes cifras de importación, seguiremos siendo un buen cliente de AL y del Perú.
¿Qué riesgo ve para AL y el Perú por el canal financiero y de capitales, tras el nuevo programa de rescate del BCE?
El negocio financiero en España no va crecer mucho en los próximos años: están cerrando muchas oficinas bancarias y los bancos que tienen que reducir sus pasivos, también están vendiendo sus activos. Incluso la gran banca sólida española está recuperando liquidez, lo cual hace cuatro años era impensable. Esto significa que el futuro del crecimiento de la banca española estará más en el exterior que en España. Si la banca española quiere seguir creciendo y siendo exitosa tiene que apostar por el exterior, y América Latina es un candidato magnífico.
¿Quiere decir que lo que ocurre ahora puede ser incluso positivo para nuestra región?
Yo creo que sí, puede ser positivo para AL, pero después de un período de ajuste, porque la vocación de la banca española está en el exterior y AL es, por decirlo así, su mercado natural.
Ligado a lo anterior están los flujos de capital productivo. ¿AL se verá afectado por menores flujos de inversión directa (IDE)?
Creo que los flujos de IDE seguirán llegando a AL desde España: a corto plazo porque esa es nuestra salida, necesitamos exportar capitales ahora porque el modelo de la construcción en España se ha agotado. A mediano plazo, si efectivamente España cierra su déficit en cuenta corriente (o lo reduce sustancialmente) eso significa mayor salida de capitales de España y menor entrada de estos, y eso también puede favorecer a la IDE. Entonces, diríamos que lo que viene es: menor fortaleza de la exportación de AL hacia Europa, y España en particular, y mayor presencia de capitales españoles en el exterior y en AL.
Un tema que está preocupando es el de los conflictos sociales , el sentimiento anti minero. ¿Eso no afectará la IDE en el caso del Perú?
Yo creo que las empresas tienen que aprender a gestionar una situación que antes no conocían. Durante muchos años se han dedicado a invertir en los países , a llevar a cabo sus políticas extractivas con muy poco cuidado del medio ambiente y de las comunidades locales y de repente esto se ha detenido.
Entiendo perfectamente la reacción del empresariado peruano e internacional que viene al Perú y dice: y ahora por qué tenemos que hacer una serie de cosas que antes no teníamos que hacer, nosotros ya pagamos nuestros cánones e impuestos. Yo creo que esto es no darse cuenta que el entorno ha cambiado, que ha habido un cambio fundamental que no es transitorio; esto no son cuatro activistas que han movilizado al país y que si los separas todo vuelve a la normalidad.
Entonces, las empresas que operan, por ejemplo en el Perú, necesitan replantearse seriamente cuáles son sus responsabilidades y salirse del guión habitual (hago unas cuantas inversiones, hago filantropía para pagar unas escuela).
¿Y qué busca la gente que protesta?
La gran mayoría de la gente no quiere dinero, el dinero es la solución fácil. Yo creo que lo que la gente está diciendo es: has estropeado mi equilibrio social, mi manera de vivir y piensas que con un puñado de dólares lo vas a compensar. Eso no es así y creo que lo que ahora procede es un gran diálogo, o conocer mejor la realidad de estas comunidades y ver qué es lo que debe hacer la empresa para resolverlo.
¿Y cuál es el rol del gobierno en todo esto?
El gobierno tiene que pensar que su equilibrio de poder entre ciudadanos, comunidades e inversores (empresas) se ha roto y, por lo tanto, tiene que volver a equilibrarlo; que la solución no es poner paquetes de dólares sobre la mesa sino que es una solución más compleja. Además el gobierno tiene que fomentar la responsabilidad social (no las reglas o técnicas de ésta, sino esta reflexión); tiene que ser como un gran catalizador de ideas de los problemas sociales del país que deben ser discutidos, negociados y hacerles frente. Ello es bien distinto que decir: señores empresarios denos dinero para resolver nuestros problemas de sanidad, educación, etc.
Mi consejo es: repensar el país entre todos, cada uno aportando lo suyo (las empresas, las familias, los sindicatos, las universidades, el estado), tener un diálogo frecuente.
Los inversionistas también están preocupados por los nacionalismos que están apareciendo en la región nuevamente. ¿Cómo ve este tema?
Ese es un tema cíclico que aparece y desaparece en las distintas economías a lo largo de tiempo. Lo primero que tenemos que hacer es aprender del pasado. En los 60´s el sentimiento contra la inversión creció mucho, tuvimos casos de nacionalización y muchos pensaban que eso era lo natural. Luego nos dimos cuenta de que eso era un error y dimos marcha atrás. Las circunstancias son completamente distintas, pero ¿seremos capaces de aprender de esos ejemplos? Diría que la responsabilidad primera la tiene las empresas, que son las que tienen que ver que el entorno de sus inversiones ha cambiado y por lo tanto tienen que cambiar radicalmente su posición. La sociedad civil también porque si esta está representada por cuatro activistas, el problema no tiene solución. La sociedad civil tiene que ver que es lo que le conviene al país, a las empresas y a los ciudadanos.
Usted está inmerso en el tema de la responsabilidad social y comunicación de las empresas. ¿Qué mensaje tiene para las empresas?
Si tuviera que resumirlo en una frase, sería: responsabilidad social es dirigir bien. Una empresa socialmente responsable es una empresa bien dirigida. Una empresa puede ganar mucho dinero a corto plazo, tener buenos resultados financieros, pero si no está bien dirigida está descuidando aspectos importantes de la realidad.
Para mí la responsabilidad social no es un listado de acciones, no es filantropía, no es dar dinero para acción social, no es un conjunto de técnicas o instrumentos que aplicar (claro que se necesitan técnicas e instrumentos, y dinero), pero fundamentalmente es preguntarse qué debe hacer la empresa en la comunidad. Y a partir de esa definición, plantearse tres preguntas: qué responsabilidades tiene la empresa; qué impactos de su accionar debe atender; y, ante quién o ante quiénes.