Educación superior: ¿Cuánto afecta la regulación?
Entre 1996 y 2015, el crecimiento de matrículas en institutos privados (5.1%) fue menor que el del promedio las universidades privadas (9.5%), debido a la “excesiva” regulación, señalaron especialistas.
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Por: Redacción Gestion.pe
Además del bajo acceso a la educación superior, otro factor dificulta el crecimiento de este mercado e interrumpe el alineamiento de su oferta con los sectores productivos: la regulación, explicó Mariana Rodríguez Risco, presidente de Laureate Perú.
Siete de 10 jóvenes entre 18 y 24 años no acceden a educación superior, sea por no ingresar a las universidades o institutos o “porque no logran culminar sus estudios”, dijo Rodríguez Risco en la Cumbre Laureate Juventud y Empleo en el Perú, organizado por la UPC. El 69% (2.7 millones) no accede, mientras que los restantes 1.2 millones sí lo hacen. A ello se suma el bajo
Entre los cuatro jóvenes restantes que sí acceden a educación superior, la mayoría prefiere la formación universitaria sobre la técnica. A esta última acceden uno de cada cuatro jóvenes, mientras los otros tres acceden a la educación universitaria. “La excesiva regulación desde los años 80, ha sido señalada como uno de los factores de bajo crecimiento en el sector”, dijo Rodríguez.
No obstante, el 2015, tras un período de explosión en la matrícula de universidades privadas contra las públicas, el Congreso aprobó la nueva ley universitaria y crea la Sunedu (órgano regulatorio del sector en este momento).
Para el abogado Alfredo Bullard, socio del estudio Bullard Falla Ezcurra, el regulador debería asegurar las condiciones de competencia en el mercado mediante la generación de “mecanismos mejores para que la gente tenga información y de esa manera el mercado pueda funcionar mejor”.
Retorno de la educación (superior)
En base al portal Ponte en Carrera, Rodríguez dijo que a mayor educación, los ingresos futuros y tasas de retorno son mayores a futuro. Esto implica mayores oportunidades de movilidad social y calidad de vida. Mientras las carreras técnicas tiene un aumento de 11% del salario promedio por cada año estudiado, la universitaria devuelve el 17%.
Sin embargo, de los jóvenes que salen del sistema educativo el 12% de jóvenes logra un empleo formal. En el otro extremo, un 22% no estudia ni trabaja, por lo que “pueden ser más fácilmente atraídos a la violencia”. Según estos números, el analista José Saavedra de Apoyo Consultoría comentó que parece que todavía no se rompe el ciclo de padre no educado, hijo no educado. Eso no rompe el círculo de pobreza”, dijo.
La educación superior tiene una participación de 37%, “si bien esto es una mejora frente al 20% de hace unos años, estamos aún muy lejos de ser un país OCDE”, añadió Rodríguez, la presidenta de Laureate Perú.
Faltan y sobran profesionales
Mientras la oferta de universidades públicas no creció en los últimos 25 años, la demanda por educación privada sí lo hizo. La tasa de matrícula de universidades públicas de 1996 al 2015 sólo creció 2.1%, pero la matrícula de universidades privadas creció 9.5% en promedio en ese mismo período.
Las cifras desagregadas muestran que el acceso a educación superior “se concentra en Lima, en universidades e institutos privados y en NSE altos”, apuntó Rodríguez. En provincias, los jóvenes universitarios son atendidos por universidades públicas.
Sin embargo, la paradoja del Perú es que faltan y sobran profesionales, apuntó Rodríguez. Hasta el 2012, el 40% de egresados universitarios se encontraban sub-empleados.
“Por un lado, hay dificultades para cubrir vacantes, pero al mismo tiempo otros se encuentran subempleados. En términos de acceso a educación superior, no solo hay que pensar en incrementar la cantidad de la matrícula, sino en la calidad de profesionales que estamos formando y en el alineamiento de oferta educativa en los sectores empresariales y productivos”, dijo Rodríguez.
En ese sentido, Saavedra apuntó que “el sistema no está generando la cantidad de profesionales o investigadores que el Perú necesita, ni profesionales de habilidades blandas”.
Proliferación de universidades
Hoy en Perú, la demanda por educación superior universitaria está básicamente atendida por el sector privado. El total de universidades asciende a 142, de las que 91 son privadas con o sin fines de lucro. Estas últimas nacieron en 1996 con la Ley de Promoción de Inversión Privada en educación (DL-882).
Pese a ello, entre 1996 y 2015, el fenómeno de crecimiento promedio en la matrícula en institutos privados (5.1%) fue “bastante menor” que el de promedio las universidades privadas (9.5%). Explicó que esto se debe a la excesiva regulación.
“Los institutos más regulados crecen menos porque tienen menos competencia. Pese a ser más en cantidad, su espacio para competir está más regulado”, dijo Bullard. “El gran problema de la regulación es que se fija un cartel. Eso reduce la posibilidad para competir y el nivel de innovación”, añadió.
A diferencia de las universidades, los institutos se crearon bajo una “estricta” regulación del Ministerio de Educación. “Si bien se contaba con una ley universitaria, las universidades eran básicamente autorreguladas (congregadas en la ANR)”, comenta Rodríguez.
“La educación nos guste o no nos guste es un mercado, hay una oferta para una demanda que busca ser satisfecha”, sentenció Bullard.