El editorial de Gestión: “El alto riesgo de jubilarse y no recibir pensión”

FALTA APRENDER LECCIÓN. El 70% de los adultos mayores en el Perú no tendrá una pensión en el 2050. Esta cifra tan preocupante debería servir para que los encargados de la política económica consideren una verdadera reforma del sistema de pensiones en el país.

(Carolina Urra)

Por: Redacción Gestion.pe

Y nos referimos a todo el sistema, no solo al privado (SPP), pues el público (SNP) es el que afronta los mayores problemas.

El estimado corresponde a un análisis realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 22 países de América Latina. “Mejores pensiones, mejores trabajos”, que es el título del informe, plantea los problemas que tienen los sistemas de pensiones en la región para alcanzar la cobertura universal.

Esta meta está muy lejana en nuestro país, ya que solo el 50% de los hombres entre 20 y 65 años está afiliado a alguno de los dos sistemas, mientras que entre las mujeres, apenas el 23%, lo cual además refleja una alta desigualdad de género. En Chile, nuestro benchmark usual, las tasas son de 96% y 75%, respectivamente.

Otro grave problema en nuestro país es la diferencia entre el número de afiliados y el de los que efectivamente aportan. En el caso del SPP, a marzo pasado había 5.4 millones de inscritos, aunque solo se registraron aportes de 2.45 millones, es decir, menos de la mitad. El SNP tiene registros de 2.5 millones de afiliados con datos del último aporte efectuado.

¿Cómo hacer que más peruanos tengan acceso al ahorro previsional? Según el INEI, al cierre del 2012, la población económicamente activa ascendía a 15.5 millones de personas, lo que significa que menos de una tercera parte de los peruanos que trabajan está ahorrando para su jubilación. Es claro que la mejor alternativa es el SPP, pero la opinión pública no parece convencida pese a que este esquema fue instituido hace 20 años.

La responsabilidad recae principalmente en los sucesivos gobiernos que hicieron poco para impulsar las afiliaciones y sí se prodigaron en críticas y ataques –sobre todo desde el Congreso–. Quizás esa falta de respaldo político haya desincentivado la competencia y ahuyentado la inversión. Ello a pesar de que el mensaje es claro: el SNP es un esquema de reparto que está prácticamente quebrado, mientras que el SPP es uno de capitalización individual.