Cuatro retos que enfrentarán las finanzas internacionales el 2017
Ante la compleja situación económica que atraviesa el mundo, el profesor de economía y finanzas de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Antonio Ruíz Porras, entrevistado por el analista Adrián Espallargas, del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) plantea un conjunto de acciones que se deberían adoptar para disminuir la turbulencia internacional.
Por: Redacción Gestion.pe
2016 ha sido un año complejo para la economía internacional. Estados Unidos y Europa siguen sin registrar un buen ritmo de crecimiento, mientras que los países emergentes se encuentran golpeados por la caída del precio de las materias primas y la fortaleza del dólar, factores de inestabilidad a los que se han sumado además dos accidentes: “terremoto del Bréxit” y el “huracán Trump”.
En octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo sus perspectivas de desarrollo para la economía mundial, que en 2016 debería registrar un aumento del 3.1 % y en 2017 un 3.4 %, un crecimiento que el FMI valoró como “apagado” debido a un peor desempeño esperado en EU y al Bréxit.
“El principal reto que enfrenta la economía mundial es recuperar la certidumbre económica” aclara el profesor de economía y finanzas de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Antonio Ruíz Porras, quien señala inestabilidad y volatilidad experimentadas en el 2016 como fuente de varios problemas a los que se enfrentarán las finanzas internacionales el año que viene.
Durante una entrevista, el académico señaló cuatro como los principales retos de la economía global en 2017.
1. Auge del proteccionismo
Los ciudadanos en EU y el Reino Unido se han decantado en las urnas por candidatos o iniciativas contrarias al libre comercio y que proponen medidas proteccionistas para sus países: Brexit y Trump.
En Reino Unido, los británicos votaron para que el país deje de ser miembro de la Unión Europea, mientras que en Estados Unidos el presidente Trump prometió durante la campaña acabar con el TLCAN y dinamitar otros tratados que están negociándose, como el Acuerdo Transpacífico de Cooperación económica (TPP) o el Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP), un tratado entre la UE y EU.
Grupos ciudadanos en varios países de la UE y en EU han manifestado su descontento con el desarrollo del libre comercio internacional, al que acusan de dañar a las empresas locales, dado que fabrican a costos más elevados que los de otras naciones subdesarrolladas. Esta idea está llevando a un auge del proteccionismo en los países desarrollados.
2. ¿Reino Unido dentro o fuera de la Unión Europea?
¿Veremos un reacomodo del Reino Unido dentro de la Unión Europea o abandonará el club de los 28? Es una pregunta a la que todavía no se puede responder, por lo que generará mucha incertidumbre a corto y mediano plazo.
A corto plazo veremos inestabilidad según los dirigentes británicos hagan declaraciones y tomen medidas que orienten al país hacia un Bréxit duro, es decir, como una salida total de la Unión Europea.
Los mercados no quieren a un Reino Unido fuera del Mercado Único, por lo que si el país gira hacia un Bréxit blando, en el que obtenga un estatus parecido al de Noruega o Suiza, habrá mayor estabilidad en las finanzas internacionales.
A mediano plazo están los efectos que pueda producir el Bréxit en otros países, ya que puede alimentar movimientos que pongan en duda la continuidad del proyecto común europeo.
3. Subidas de tasas de la Reserva Federal
“En cuanto se perciba una recuperación del mercado interno, la Reserva Federal (FED) va a continuar la tendencia de aumentar las tasas hasta 2018”, avisa el académico sobre las intenciones del banco central estadounidense para los próximos meses.
La FED ha mantenido desde la crisis de 2008 una política de tasas de interés en mínimos históricos para que aumentara la masa monetaria y ayudar así a la recuperación de la economía nacional y mundial.
La tasa de interés de la FED es la llave que hace fluir el dinero a nivel global. A tasas más bajas, los créditos son más baratos, por lo que hay más inflación y más empleo. Lo mismo ocurre en el caso contrario.
Después de años de “dinero barato”, la FED subió las tasas a finales de 2015 por primera vez en la última década, ya que comenzaron a percibir una mejora de la economía y anunció que durante los próximos años planeaba continuar con aumentos suaves según las condiciones del entorno.
Pero los vaivenes de 2016 y los informes mensuales macroeconómicos (inflación y empleo) que arrojaron resultados inferiores a lo esperado en EU han detenido esta política monetaria y no se han producido nuevos incrementos en las tasas desde 2015.
Tras la victoria de Donald Trump, la FED retrasó de nuevo su programa ante la incertidumbre de cómo iban a reaccionar los mercados después de la elección del popular empresario como nuevo presidente.
Pero hasta ahora el Dow Jones Industrial Index ha registrado estos últimos días máximos históricos y supera por primera ocasión los 19,000 puntos, impulsado en parte por la promesa de Donald Trump de fomentar la construcción de infraestructuras en EU.
Ahora se espera que la FED retome la subida de tasas en cuanto los datos de empleo e inflación ofrezcan un buen momento para continuar con su programa, una política que según Ruíz Porras iba a continuar “independientemente” de quien hubiera ganado las elecciones en EU.
“Una subida de tasas significa una contracción del crédito internacional disponible, lo que afectará a la formación bruta de capital fijo y, en resumen, esto podría causar algunos problemas para el crecimiento en el largo plazo de algunos países emergentes”, indica el profesor de la Universidad de Guadalajara.
Tasas más elevadas golpearán también a los países con alto nivel de deuda externa, que son las obligaciones que se pagan a entidades extranjeras. México tiene una deuda externa superior al 50 % de su PIB.
“En términos prácticos, tasas más elevadas implican mayores costos en la contratación de la nueva deuda y también incrementará las deudas ya contraídas en tasa variable, además de la contratación de nuevos créditos”, explica Ruiz Porras, quien es además miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
4. Precios volátiles de las materias primas
“Se prevé que los precios de las materias primas continúen viviendo un periodo de alta volatilidad en 2017, especialmente en algunos muy específicos como el petróleo”, indica el académico. Los dos últimos años han sido inestables para las materias primas, una volatilidad que el profesor espera que se mantenga el año que viene.
El precio del barril Brent, que cotiza principalmente la producción en África, Europa y Oriente Medio, pasó de registrar valores superiores a los 100 dólares en 2014 a alrededor de 50 dólares en los últimos meses. Incluso en febrero llegó a caer por debajo de los 30 por barril.
“Mi expectativa es que el precio del petróleo se mantenga a niveles actuales durante el año”, explica el académico, quien descarta que el petróleo vuelva a rondar los 100 dólares en el corto plazo por el exceso de oferta que aún reina en el mercado.
El cártel de los principales países petroleros, la OPEP, alcanzó un acuerdo para fijar una reducción de la producción mundial de crudo la próxima semana, lo que llevaría a los precios al alza, aunque falta ver si todos los miembros seguirán el plan el próximo año.
Por otro lado, los proyectos que utilizan el “fracking” como técnica, con los que EU ha conseguido duplicar su producción entre 2008 y 2015, siguen operando a pesar del escenario de bajos precios, lo que indica que EU mantendrá sus altos niveles de producción en 2017.
Además, el economista de la UdeG destaca el hecho de que los países cada vez están buscando nuevas alternativas energéticas al petróleo como son el desarrollo de vehículos eléctricos y proyectos renovables a nivel global. Estos tres factores indecisión OPEP, alta producción en EU y nuevas fuentes de energía hacen prever que no se producirá un crecimiento de los precios del petróleo en 2017.
Los bajos precios de las materias primas son un reto para países extractores como México, puesto que los Estados pasan a recibir menores ingresos para financiar sus presupuestos. En ese sentido, Ruíz Porras apunta que el “gran problema” para México en el contexto internacional va ser el precio del petróleo.
“La economía mexicana sigue altamente petrolizada, lo que va a golpear significativamente a las finanzas públicas”, un factor que junto a la devaluación del peso y las barreras que se puedan poner al libre comercio van a hacer que el 2017 sea un año desafiante para el país.