BCP Securities prevé año de desafíos para Perú, pero también de oportunidades para inversionistas
Al parecer hay poco que temer de la escena política peruana, opina Walter T. Molano, jefe de investigaciones de BCP Securities LLC. en su artículo “Peru: Close To Starboard” (Perú: cerca a estribor)
Por: Redacción Gestion.pe
Si bien este año podría ser un reto para el Perú, también podría ser una oportunidad para los inversionistas. Una combinación de El Niño, las elecciones presidenciales y el colapso de los precios de los commodities pronostica un inminente desastre.
La moneda, el mercado de valores peruano y muchos bonos corporativos han estado bajo presión, pero puede ser prematuro tirar la toalla. En todo caso, la administración del gobierno ha sido prudente. La pregunta es cuánto de esta gestión se puede atribuir a los grandes ejecutivos, y cuánto se puede acreditar a la sólida política monetaria del país.
En retrospectiva, el Perú ha tenido una serie de lamentables presidentes. En la última década, la lista fue espantosa. El Perú es gobernado en la actualidad por Ollanta Humala, un ex protegido del Venezolano Hugo Chávez. Antes de eso, fue dirigido por Alan García, quien condujo al país a una hiperinflación durante la década del 80, presidiendo el incumplimiento de la nación a su deuda soberana y permitiendo que Sendero Luminoso recorra libremente el territorio. Antes de él fue Alejandro Toledo, un ejecutivo ineficaz que nunca se ganó la confianza de la población.
Sin embargo, el país registró consistentemente una de las tasas de crecimiento más altas de América Latina. ¿Cómo ocurrió eso? La respuesta es una sólida base institucional y una política monetaria sólida.
Durante la década pasada, el banco central ha estado bajo el mando de Julio Velarde Flores, uno de los jefes monetarios más prudentes del mundo emergente. Nunca permitió que la moneda se aprecie en la misma medida que sus vecinos, y el país no sufrió el mismo grado de devaluación como el resto de sus vecinos. Su objetivo actual es reducir el nivel de dolarización, mejorando así la estabilidad monetaria del país.
Esto ha ayudado al Perú a confrontar sus adversos impactos externos, políticos y ambientales. Mientras que los inversionistas extranjeros han salido corriendo de la región, estos han sido más mesurados en el Perú.
Reasignación de activos.
Curiosamente, las caídas en el mercado de valores se debieron principalmente a la reasignación de activos de los fondos de pensiones locales –AFP– y fondos mutuos. Estas organizaciones tienden a imitarse entre sí. Por lo tanto, cuando algunos de ellos empezaron a mover dinero a los mercados en el extranjero, el resto siguió su ejemplo. Lo contrario ocurrirá cuando cambie la marea.
El descenso de la moneda era parte de este proceso, y el bajo rendimiento de un par de corporaciones se debió principalmente a las circunstancias idiosincrásicas. Uno de los problemas era la bonanza de la deuda corporativa que tuvo lugar hace unos años.
Otrora conocidos por su prudencia, varios directores financieros (CFO) en el Perú dejaron de lado la precaución y pasaron a una racha de endeudamiento sin precedentes. Algunas empresas podrían justificar la medida, ya que tenían ingresos en dólares.
Otras, como las grandes minoristas y las empresas de cemento, no tenían tanta justificación. Sus ingresos eran en moneda local, mientras que sus obligaciones eran en dólares. Los peores infractores fueron las empresas que utilizaron liquidez adicional para poner en marcha compras apalancadas, quedando gravemente vulnerables a los cambios en las condiciones externas y operativas.
La buena noticia es que la estabilidad económica ha creado una preferencia social por políticas de mercado. No hay personajes de izquierda entre los candidatos presidenciales. La que encabeza la lista, Keiko Fujimori, promete tener un equipo fuerte a favor del mercado. Su elección para primer vicepresidente es José Chlimper, graduado de North Carolina State, ex ministro de agricultura y un importante hombre de negocios. Ella cuenta con el 33% de los votos, y lo más probable es que pase a la segunda vuelta. Bajo las reglas electorales peruanas, si nadie obtiene la mayoría simple, entonces, los dos principales candidatos pasan a una segunda ronda de votación.
Fujimori es seguida en las encuestas por Pedro Pablo Kuczynski (PPK), un ex banquero de Wall Street, y César Acuña, un empresario medio sospechoso del norte del Perú. Ambos están empatados con 17%. Les siguen el ex presidente Alan García, a quien se le otorga el mérito de la prudencia económica durante su segundo mandato. Él tendría 8% de las preferencias.
El último es Julio Guzmán, un joven economista con títulos de Georgetown y Oxford, así como con experiencia en el Banco Interamericano de Desarrollo. Él tiene un 5% de los votos.
Por lo tanto, parece que hay poco que temer de la escena política.
Las elecciones están programadas para el 10 de abril y la segunda vuelta será seis semanas después. Mientras tanto, el país ha tenido suerte de haber evitado todo el peso de El Niño. El fenómeno climático fue mucho peor en América del Norte. Por último, el Perú seguirá creciendo a un ritmo constante de un 3%-4% al año, a pesar de la crisis mundial de los productos básicos.
Esto se debe a las nuevas minas que entrarán en funcionamiento. El Perú debería casi duplicar su producción anual de cobre a 2.4 millones de toneladas este año, aumentando así la tasa de expansión económica. En suma, las condiciones pueden parecer malas para el Perú, pero no hay mucho de qué preocuparse.