Aislamiento y descoordinación o de por qué la selva tarda en despegar
Mesa Regional Amazónica. Nueve expertos en la problemática de la macrorregión amazónica analizan los retos para acelerar el crecimiento y destacan los sectores con más potencial, además de las actividades extractivas. Estas son las conclusiones del espacio de diálogo organizado por Gestión, Intelfin y la Universidad del Pacífico.
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Por: Redacción Gestion.pe
Con una geografía naturalmente compleja, la selva peruana vive relativamente alejada del desarrollo de la economía peruana alcanzado en la última década.
Pese a que representa el 48% del territorio nacional, la baja provisión de bienes públicos por parte del Estado, como infraestructura o educación, y barreras burocráticas para la generación de empresas formales explican el débil crecimiento y, por ende, la baja ocupación de la zona, que alberga apenas al 9% de la población peruana.
Los ciudadanos que habitan la Amazonía, pues, registran solo la mitad del ingreso per cápita del país; una brecha que tardaría unos treinta años en cerrarse, según las estimaciones de Juan Mendoza, profesor de la Universidad del Pacífico.
El paisaje
Aunque la vegetación pinte una amplia zona verde en el mapa nacional, que vista desde lejos aparenta una homogeneidad, la macrorregión acumula tareas pendientes específicas para cada localidad que limitan su desarrollo. Así, los participantes de esta Mesa Redonda coinciden en que la falta de conocimiento e información sobre los problemas y las oportunidades de la zona es uno de los principales límites para aplicar medidas eficientes que tengan un impacto en el desarrollo.
Corregir la normativa tributaria, que ofrece un tratamiento diferenciado en algunas zonas generando el crecimiento de la economía sumergida y que ha desvirtuado el uso de exoneraciones, supone una de las mayores tareas pendientes, que demanda una coordinación entre el gobierno central y los regionales y locales.
Carlos Paredes, director de Intelfin, destaca el enorme potencial que tiene el diálogo en el país para encontrar soluciones que fomenten el avance de la economía, como lo conseguido en las reuniones convocadas por el Ministerio de la Producción para los sectores forestal y acuícola, en las que participaron las instituciones públicas involucradas y representantes del sector privado.
Potencial
Si bien los especialistas reconocen las graves deficiencias de gestión en el desarrollo de actividades extractivas en la Amazonía peruana, como la explotación minera en Madre de Dios, plagada de ilegalidad, o la de hidrocarburos en Loreto, con conflictos sociales, ven con optimismo los primeros pasos hacia el despegue de las iniciativas ligadas a la reforestación o a la acuicultura dadas las ventajas competitivas.
En concreto, el Perú podría aprovechar, por un lado, los menores tiempos que registra para la obtención de retornos en la plantación de árboles maderables frente a la oferta chilena y, por el otro, la demanda sostenida para productos de acuicultura, ya que el rubro solo representa el 2% del total del volumen de pesca frente a la masiva actividad extractiva.
Con este panorama, se espera que el progreso de estas actividades, ligado a la innovación y el acceso a financiamiento, contribuya al crecimiento económico de la selva para cerrar en el mediano y largo plazo la brecha que la separa del resto del país. Sin embargo, hacer frente a los obstáculos geográficos requerirá de una mayor inversión en infraestructura.
Hablan los especialistas
César Villanueva
Expresidente regional de San Martín
“Hay que darle una mirada diferente a la selva. Estoy convencido de que si articulamos el Océano Atlántico con el Pacífico en lo que se podría llamar un gran corredor o una gran macrorregión, esta se convertiría en una de las regiones más potentes del país. Necesitamos puertos, aeropuertos y una articulación que integre a la selva con el resto del país y más allá del Perú. Este arreglo institucional es fundamental para el desarrollo”.
José Arista
Expresidente regional de Amazonas
“La parte tributaria hay que cambiarla. Tenemos cerca de cuarenta años sin conseguir resultados con este modelo. Es hora de repensarlo, porque, por ejemplo, el tratamiento diferenciado que se da en Yurimaguas, que tiene una conexión a Tarapoto, genera problemas con el registro de mercadería y contrabando. Debemos ser más cuidadosos, porque es como si el mismo Estado estuviera promoviendo actividades ilícitas”.
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